1. Cursillos de capacitación


    Fecha: 25/10/2018, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Mariana Jesús C, Fuente: CuentoRelatos

    Una joven hermosa y un chico recién llegado al cursillo de capacitación tienen un flechazo que los hará enloquecer Tengo 39 años y me cuido bastante para mantenerme en forma. Dirijo una entidad que realiza diversos cursos de capacitación. Cuando se habían cerrado ya las inscripciones para uno de esos cursos, apareció un chico muy guapo, de unos 24 años a pedirme que por favor lo inscribiera, porque ya había intentado con los subalternos y ellos le dijeron que no. Tenía una mirada atrevida que me gustó al instante y después de hablar unos minutos y al verificar que otro había cancelado su participación, ordené que le inscribieran. Al día siguiente lo vi y se me acercó, hablamos un poco y sentí que me gustaba bastante. A la salida me acompañó un poco y me dijo que era muy atractiva. Así, durante cuatro días lo tuve en mi oficina con cualquier pretexto, hasta que se atrevió y me invitó a cenar. Sin pensarlo mucho acepté y nos encontramos en el restaurante, hablamos de todo y bebimos unos vinos, eso lo puso un poco más valiente y me propuso ir a bailar. Acepté por supuesto y nos fuimos a un reservado en la discoteca elegida. Fuimos a bailar en la pista de música romántica, y ahí lo tenía yo sintiendo cómo se pegaba más y más a mi cuerpo sin encontrar ninguna resistencia de mi parte. Fui sintiendo cómo sus manos acariciaban mi espalda mientras sentía su lengua húmeda por mi cuello, me aferré más a él y sentí sus manos bajando por mi culo y amasándolo completo. Yo no decía nada, ...
    ... solo aceptaba todo lo que hacía. Aturdida y excitada me llevó a nuestro privado y ahí con mayor confianza, comenzó a besarme diciéndome que desde que me vio que deseaba tenerme así, para él. Me bajó los tirantes del vestido y vio como saltaron mis tetas desnudas hacia fuera, las besó, chupó y apretó. A pesar de toda mi excitación le dije que paráramos, que podía aparecer el mozo, a lo que él contestó que no aparecería nadie, que le había dado una propina al mozo para que no lo hiciera. Me sacó el vestido y me pidió que me parara para verme, lo hice y sentí como se acercó a mi vientre y cómo sujetó con sus dientes mi tanga y la fue bajando así hasta que cayera al suelo, mientras sus manos se deslizaban por mi chochito y sintiendo mi humedad me metía sus dedos dentro, con suavidad. Me echó en el sillón con las piernas abiertas y metió su cara entre ellas a la vez que sentí como un fuego al sentir su lengua recorriendo mi chochito. Suavemente me puso en el piso, me pidió que me arrodillara, abrió sus pantalones y sacó su verga, que era enorme y gorda y me la puso en mi boca pidiéndome que se la mamara. Comencé por la punta de su verga, húmeda y deliciosa, pasando mi lengua en círculos, luego pasé mi lengua por sus huevos chupándolos suavemente mientras le apretaba la verga, y por último, fui metiendo su verga poco a poco en mi boca, succionándola suavemente hasta tenerla completamente dentro, lo vi tan excitado que comencé un mete y saca de mi boca con fuerza hasta que estalló y ...
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