1. La infidelidad de la señora Mayra IV


    Fecha: 27/10/2018, Categorías: Sexo con Maduras Anal Autor: Milfantasy, Fuente: CuentoRelatos

    Hola otra vez mi amores les mando un rico beso en donde estén, como ya saben me gusta serle infiel a mi marido y disfrutar del sexo cada vez que puedo y para mi fortuna ni mi marido y ni mis vecinos sospechar nada. Aun que me he vuelvo muy popular entre los chichos de mi barrio, siempre soy muy discreta y trato de mantener una imagen de señora respetable pero cuando mi esposo se va, me transformo en otra persona totalmente diferente, me gusta vestir sexy, ponerme ropa corta que provoque que los hombres me volteen a ver y me deseen. Cuando veo sus miradas y su extinción olvido de la rutina de mi matrimonio y disfruto de tener una vida doble y secreta de mi familia que se vuelve una adicción sentir el placer y el morbo de lo prohibido. Cada vez que salgo de casa tengo a un montón de potenciales amantes a mí alrededor y para mi suerte cercas de donde vivo hay una universidad muy importante en México y hay muchos jovencitos tanto de otros estados como extranjeros y pues no es un secreto que mi debilidad son los jovencitos su virilidad y juventud me vuelve loca y me excita demasiado. Un día saliendo de mi casa encuentro con un pobre muchacho que parecía estar perdido buscando una dirección, como buena samaritana me acerco a él y trato de ayudarle, cuando empezamos hablar me doy cuenta rápidamente por su acento que no es de aquí. Me dijo que se llamaba Pablo y que era de Perú, que estaba en México en un intercambio estudiantil, se me hizo un chico muy lindo y comience a entablar ...
    ... una amistad con él. Cada vez que me lo encontraba en la calle me nos saludábamos. Poco a poco fuimos creando confianza y cada vez que me saludaba notaba como su miraba se desviaba a mis tetas y nalgas, me encantaba la forma en que trataba de disimular sus mirada y siempre que nos despedíamos trataba de darle un buen espectáculo de mi cola exagerando mi meneo al caminar. Había algo en Pablo que excitaba y llegue a fantasear en llevarme a ese chiquillo a mi cama, se me género como una especie de capricho con él, me dije a mi misma que no me iba a quedar con las ganas y como leona en celo lo empecé a acechar. Cada vez que sabía que lo iba a ver me vestía sexy con un vestido o falda que levantara mis pompas y un buen escote que resaltara mis tetas, mis pechos siempre han sido mi mejor arma a la hora de seducir a un hombre y con Pablo no fue la excepción. Al pobre se le iban los ojos cuando me veía, no despejaba sus ojos de mis grandes tetas y ni de hablar de la forma tan lujuriosa en que observaba mis nalgas entalladas en mi faldas, ese morbo de provocarlo me excitaba demasiado. Una tarde regresando después de hacer las compras de la despensa se me hacer y se ofrece a ayudarme con las bolsas, le dije que sí y me acompaño hasta mi casa y como agradecimiento lo invite a pasar y le ofrecí una soda. Nos sentamos en el sillón y empecemos a conversar un poco sobre la escuela, la casa y otras cosas, ese día hacía mucho calor y para refrescarme me desabroche un botón más a mi blusa, de ...
«1234»