1. Mi tio Santiago se aprovechó que estaba dormida para desvirgarme.


    Fecha: 28/10/2018, Categorías: Incesto Autor: Sexhoy18, Fuente: SexoSinTabues

    ... gemir como puta pero me contenía. Debía seguir "dormida" su lengua lamia con experiencia de toda mi vagina succionando mis últimos jugos, en momentos trataba de meter la lengua en mi virgen vulva y regresaba a lamer como perrito sediento. Encontró mi clítoris y se apoderó de el, lo empezó a lamer y succionar tan pero tan rico que sentía que en cualquier momento volvería a provocarme otro orgasmo y me haría gritar como desesperada. Tenía su cabeza entre mis piernas haciéndome el mejor oral de la vida. Sentía su barba rozar mis piernas como lija, me raspaba pero se sentía delicioso y más me excitaba. Su respiración era muy fuerte. Estaba demasiado excitado y de esa forma me tenía también ese señor. Muy excitada! No pude aguantar más y empiezo a sentir que me viene otro orgasmo. Más fuerte que el primero y más electrizante. Empiezo a respirar más y más rápido, me suelto a sus movimientos. Él lo siente, me provoca más con su lengua, acelera su trabajo y de repente me viene el más delicioso orgasmo aaaaaaaaaaaaaah aaaaaaaaaah empiezo a temblar sin poder controlarme. Aaaaaah que delicia aaaaaah le pido que no pare, que siga haciendo eso aaaaaah. Él obedece y succiona y bebe lo que sale de mi. Los hace repetidas ocasiones y succiona mi clítoris sin darme tregua de descanso. De pronto deja de lamer y empieza jugar poniendo sus dedos en mi clítoris y empieza a dar deliciosos círculos ayudándome a un mejor placer. Era un hombre muy hábil. A sus 40 años seguro llevaba una larga ...
    ... historia de amantes. Por qué me hacia maravillas. No se como le hizo pero mientras me hacia eso en mi clítoris llevándome al cielo, ya tenía su pene presionando la entrada de mi vagina para penetrarme. Yo en ese momento temblaba de placer y me venían mis jugos sin poder controlarme. Me encontraba abandonada al maravilloso placer que me estaba provocando y lo dejé seguir. Sentía que algo duro y grande presionaba en la entrada de mi vagina. Yo era virgen aún. Pero no me importó. Lo dejé seguir, deseaba como nunca ser penetrada, sentir una verga dura dentro de mi y ser toda una mujer. Ser suya. Al sentir él que aflojé mi cuerpo y así ceder a sus deseos. Empujó con confianza pero lento su duro pene, que ayudando por mis jugos vaginales y mi orgasmo que aún no terminaba pudo por fin meter la cabeza aaaaaaagh!.. Sentí entre placer y dolor, ardía y sentía caliente, como si quemara. Aún así quería que siguiera. Se sentía grande y caliente. A pesar del dolor no quería que parara. En ese momento pasó sus manos por debajo de mis piernas y hábilmente me las levantó hasta llevarlas a sus hombros. Se inclinó completamente y sin empujar más su pedazo de carne, me empezó a chupar mis pezones. Tenía sus manos recargadas en el colchón a mis costados. Me tenía totalmente inmóvil. Que rápidos y hábiles son los hombres para esas cosas pensaba. Estaba totalmente expuesta y a su disposición. Yo estaba demasiado excitada, mi respiración me traicionaba y era imposible controlarme, deseaba más de él. Era la ...
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