1. Confidencias 27 Increíble cuarteto


    Fecha: 01/11/2018, Categorías: Gays Autor: Alvaro-L-de-H, Fuente: SexoSinTabues

    ... perdona, no me doy cuenta. Mojó sus dedos en saliva y se ocupó de ir preparando mi ano para su enorme polla, algunas veces me los daba para que fuera yo quien se los ensalivara, hasta que pensó que ya que metía tres dedos era el momento de intentarlo con la verga. Gozaba con la follada de los dedos que movía ágilmente moviéndolos circularmente y entrando y saliendo, pero no era comparable a sentir su duro miembro apretando en el hoyito hasta lograr meter el gordo glande, luego todo era fácil. -Ya está todo David, lo siento tan largo que me ahoga. Soltó una risa sorda en mi cuello y me lo mordió un poco fuerte. -Sí, ya te tengo mujercita, sintiendo el calor de tu coñito, avísame para empezar, quiero correrme y llenarte. Jugué estirando y apretando los esfínteres, moviendo suavemente las caderas, sintiendo en su plenitud el miembro viril que permanecía pulsando en mí recto esperando comenzar a funcionar, y David me besaba en el cuello jadeando impaciente. No esperó a que le diera la señal, él mismo captó mi disposición al tirar mi cuerpo sacando unos centímetros el pene y volviendo a introducirlo, lancé un hondo suspiro y para él fue suficiente para comenzar a bombearme, primero con suavidad sacando la verga hasta el capullo y metiéndola con fuerza golpeándome con sus huevos en el culo. Una y otra vez entraba y salía, logrando que me retorciera queriendo apresarle la polla para que fuera más lento, estaba en un estado de máxima tensión esperando explotar de un momento a ...
    ... otro, las sensaciones placenteras hacían que mi ano se abriera sin dificultad permitiendo la entrada de la verga y logrando que de mi recto salieran jugos que favorecían la cópula haciéndola más rica. Me hacía jadear respirando muy fuerte, y morderme el puño para contener los gritos que deseaba sacar. -Vas a hacer que me corra David, más lento amor. ¿Pero quién paraba aquella máquina desbordada de deseo y a punto de reventar, y expulsar lo que tenían sus huevos? Intenté sujetarle tirando hacia mí de sus glúteos que se contraían apretando para hincar su virilidad en mi vientre clavándome sin piedad. -¡Ahhhhhhhhhhhh! Amor…, me vengo. Síííí, síííí, toma mi leche. Temblaba como si un viento huracanado lo batiera, descargando los testículos de su preciosa simiente llenándome en largas eyaculaciones, rozando su abdomen con mi verga que explotó regando las tripas de los dos con la leche que me salía a borbotones calientes. Este era mi hombre, mi macho al que ya quería y deseaba aunque al principio me fuera impuesto. Abracé su ancha espalda y casi no llegaba con mis brazos, y su cintura con las piernas, trabando los pies para que no se saliera. Que a gusto me sentía con él dentro de mí y aplastado por su peso; había sido una follada riquísima pero que había llegado a su fin, quedaba la ternura y el placer de poder acariciar esa montaña de músculos que temblaba encima mío, húmedo de sudor. -Así necesito tenerte siempre que se me antoje, verte lo guapo que eres y desearte hasta cogerte y ...
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