1. (11) Reflexiones sin bragas


    Fecha: 05/11/2018, Categorías: Hetero Sexualidad, Autor: Mister Neron, Fuente: CuentoRelatos

    ... más. ¿Trabajamos o nos ponemos a charlar de las flores y la fotosíntesis? –se quejó Ana esperando polla. -Tú, te toca, a por ella –señaló Alba a un chico. -Voy –fue subir a la cama y meterla sin miramientos. -¡¡¡Coño!!! –aguantó Ana la dura entrada. -Este iba ya con la pistola cargada –rió Alba. -Me juego una mariscada a que se corre en 50 segundos –pensó Ainhoa. -Va muy mamado. Yo creo que en 30 –opinó Alba. -¿Trato hecho? -Trato hecho. -Ya –puso Ainhoa el cronómetro de su reloj de pulsera. El chico daba fuerte de atrás adelante. -Este va listo ya –deseó Alba. -No, todavía no la tiene bien enganchada. -Jodeeeeeer… -gritó Ana. -Ahora sí –se fijó Ainhoa. -¿Cuántos segundos van? -Veinte. -Vamos, cabrón, eyacula de una vez –increpó Alba. Ana se agarró a sus hombros buscando un punto de apoyo. Cada vez la fuerza usada era más desmesurada. -Ahhhhh… coño… bufff… -soportaba Ana como bien podía. -¿Cuánto va? –preguntó Alba ansiosa. -Cuarenta segundos. Míralo. Diez segundos más y eyacula. En efecto, en el segundo 52 surgió una eyaculada frenética. Ana quedó insertada y corrida gracias al buen macho que tenía aún ...
    ... encima. Él babeaba del gusto sobre las tetas de Ana. -Uuuuuh… -lo celebró Ainhoa. -Mierda… -se lamentó Alba. -Me debes una mariscada. -Un coño te debo. -Chicas, joder, centraros en lo que importa –siguió Ana en sus quejas-. Cuando esto acabe os cuelgo del clítoris, cabronas… Alba y Ainhoa se miraron con sonrisa mala. -Tú y tú, a destrozarla –señaló Alba a dos musculosos. -Un trío no –se negó Ana-. De uno en uno. Pero ya tenía a uno de ellos entre sus piernas. -No, no, no, no… El segundo buscó sexo anal y encontrándolo. -AY, HOSTIA PUTA… -quedó clavada por delante y atrás-. Despacio, por favor… -Pero los dos chicos obedecieron a Alba y la molieron a sexo y bofetones. -Uno a cero –se dieron Alba y Ainhoa una chocada de manos. -Mírala, si encima le gusta –rió Ainhoa. Los gemidos de Ana solo querían decir gozo y placer. Con las piernas espatarradas, eyaculó a los dos casi al unísono. -Esto se merece un aplauso –reconoció Alba y todos los presentes de la sala acabaron aplaudiendo admirados. Ana hizo la señal de la victoria sonriendo, y cubierta de sudor y regueros de diferente semen. -¡Yeah! ... continuará. 
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