1. (14) Reflexiones sin bragas


    Fecha: 08/11/2018, Categorías: Lesbianas Sexualidad, Autor: Mister Neron, Fuente: CuentoRelatos

    ... vio cómo Wilson los torturaba y los remataba. Incluso ella paraba la imagen o lo ponía a cámara lenta. La excitaba de sobremanera. Al fondo apareció un brasileño musculoso y en tanga que venía de la piscina. Ana se mordió la lengua del gusto. Quitó el volumen del vídeo para evitar curiosos cercanos. Un ojo lo tenía en la tercera tortura y el otro en el brasileño guapetón. No hizo falta que ella se acercara. Él ya se fijó en ella desde la primera vez que la vio y encontró ahora una gran oportunidad para entablar un primer contacto verbal. -Hola, ¿interrumpo algo? -No, para nada –quitó Ana el vídeo macabro y centró toda su atención en aquél bombón negro de chocolate. -¿Puedo invitarte a una copa en el bar? -¿Y eso? ¿A qué se debe el honor? -A que eres la chica más hermosa de hotel y quizás de la isla. -Oh, gracias. ¿Estás aquí de vacaciones? -Sí, mañana ya vuelvo a Sao Paulo. -Vaya, qué pena. Yo vengo desde Málaga. Estaré aquí unos días y luego me vuelvo en mi jet. -¿Tienes jet privado? -¿Lo dudas? Mi belleza lo paga. -Ahora sí que me has dejado impresionado. ¿Eres modelo o algo? -No, estudio medicina. -¿Eres universitaria? -Así es. -Hey, ¿eso del portátil qué es? -¿Ves esto? Es lo que llevo ganado esta mañana. -¿Treinta mil euros? ¡Wow! ¿Sabes de eso? -He hecho un master del tema. Esto requiere estudio y conocimientos. -Eres una flipada, Ana. -Vaya, ¿me conoces? Creo que juegas con ventaja. -Tengo 33 vídeos tuyos en mi móvil. -Ah, entiendo. Vídeos pornos, ¿no? -Sí, no hay ...
    ... nadie como tú a la hora de practicar sexo. -Y supongo que deseas practicarlo conmigo. -No quiero ser grosero ni atrevido, Ana. -Pídemelo. -¿Cómo dices? -¿En mi cama o en la tuya? -En la tuya. -No me lo has pedido aún. -Vale. Ahí voy. Ana, ¿quieres tener sexo conmigo? -Así vas mal. -¿Por qué? ¿He dicho algo mal? -Debes saber que soy muy guarra y muy sexual. Inténtalo otra vez. -Vale. -Venga. -Oye, zorra, ¿quieres follar conmigo? -¿Lo ves? Eso me gusta más. La respuesta son cuatro veces sí. -¿Cómo? ¿Es que quieres follar cuatro veces seguidas? -Quiero un hombre entre mis piernas, no un niñato de tres al cuarto. ¿Tú qué eres? -Un hombre. -¿De cuántos centímetros de valentía? -24. -Mmmmmm, esto va mejorando. Mi habitación es la 44. Te espero desnuda en media hora. ¿Lo has comprendido? Si llegas tarde la cagas y te mando a tomar por culo. -Ahí estaré puntual. Te lo prometo. -Anda, vete, antes que se te ponga dura. -Ya lo está. -Sí, lo veo. El tanga se ha transformado en un paquete de correos –rió Ana. -Eres de lo que no hay, putón. -Vaya, aprendes rápido. Me gusta. Ala, vete. -¿No hay ni un besito? -Los besitos para los pijos. Nosotros a follar, ¿entendido? Y no sigas por ahí que me cabreo. -Vale, lo siento. -El amor es un invento de la Biblia. La promiscuidad es lo que vale y cuenta. Venga, hopo que ya me estás tocando el coño. -En breve nos vemos. -Sí, sí, vamos… Y el hombre se alejó. “Dotado pero gilipollas”, pensó Ana con sorna. ¿Media hora? Que espera una hora más, por metepata. ...