1. Mis dos grandes amores


    Fecha: 08/11/2018, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... calle y me encontraba a una amiga de mi madre que se veía con la edad que tenía cuando yo era joven es decir unos cuarenta años. Ella me invitaba a subir a su casa y una vez allí, ella me seducía y hacíamos el amor y mientras la follaba, ella me decía me estás follando a mí pero tú a quien te quieres follar es a tu madre. El sueño fue tan intenso que me corrí y manché las sabanas de la cama y la camiseta que es lo único que llevo puesto cuando duermo, pues en la cama nunca llevo calzoncillos ni pantalón de pijama. Al día siguiente yo pensé mucho sobre el sueño que había tenido. Había sido placentero, aunque yo hubiese preferido que en el sueño en lugar de la amiga de mi madre hubiese aparecido mi propia madre, tal como su amiga me decía en el sueño. Sin duda el sueño era un mensaje de mi subconsciente. El caso es que empecé a recordar aquella relación incestuosa con mi madre y tenía yo unas enormes ganas de hacer algo que ya era totalmente imposible, volver a hacer el amor con mi madre. Sí, aquello era imposible, pero entonces pensé en el juego erótico que hacía con mi mujer, pero no me atrevía a decirle que introdujese a mi madre como una concursante más. Lo que le propuse hacer es una fantasía de erotismo vintage. Le conté el sueño que había tenido y con quien, y que ello me había dado la idea. Le dije que me propusiese nombres de amigas de mi madre, pero pensando en ellas tal como eran cuando L. mi mujer me conoció a mí, es decir unas jóvenes maduras en torno a los ...
    ... cuarenta años. Fue diciéndome nombres de amigas de mi madre, enfrentándose unas a otras. Prácticamente las había nombrado a todas, incluso a alguna de mis tías, lo cual implicaba una relación incestuosa aunque de menor intensidad que la relación madre-hijo, pero que mi mujer me hubiese propuesto a alguna de mis tías carnales, a mí ya me hizo sospechar que ella terminaría por nombrar a mi madre; repito había nombrado a todas, a todas menos curiosamente a Merche, que era con la que había tenido aquel sueño erótico. Entonces por fin dijo Merche se enfrenta a...... Como no decía el nombre de su contrincante yo le pregunté a quién se enfrenta Merche. Y ella volvió a decir Merche contra... tu..... Enseguida comprendí que L. sabía lo que yo quería, aquello que yo buscaba al proponerle aquel juego erótico vintage, pero también vi que no se atrevía. Yo con voz entrecortada por la emoción y el nerviosismo que me producía el hecho de que ella me ofreciese su sexo para recrear mi anhelada fantasía volví a decirle contra quién. ¿Merche contra quién? Tomó aire y dijo contra tu madre, empieza con tu madre. Yo, pese a haber esperado con ansiedad oír esa orden durante toda la noche, dudé un momento. Los recuerdos vinieron a mi mente. Yo no decía ni hacía nada y como yo no hacía nada, L dijo ahora Merche. Tampoco hice nada. L. decidiría cuál de las dos pasaba y seguía jugando. L. dijo pasa tu madre. L. con esa decisión me había dejado claro que no tenía nada que objetar a mis deseos incestuosos, es ...
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