1. EL RICO MASAJITO A LAURA


    Fecha: 08/11/2018, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... Puse algo de música tranquila y empecé con el masaje. Primero masajeé sus piernas, muy despacio y lentamente, con mis manos con aceite. Laura parecía tranquila para ser su primer masaje erótico, aunque de vez en cuando emitía pequeños gemidos de placer. Luego subí a sus nalgas, firmes y redondas, donde me entretuve un buen rato, se nota que le gustaba mucho esa zona por la reacción de su cuerpo. Yo poco a poco me iba desnudando mientras le daba el masaje, hasta que me subí encima de ella en la camilla y le di un masaje por todo la espalda. Aproveché para susurrarle al oído si le gustaba, a lo que respondió que le estaba encantado. Tras un buen rato de masaje en la parte trasera, le di la vuelta y empecé con la parte delantera. Primero sus pierna, luego sus muslos por dentro, subí hasta su vientre, mientras algún roce involuntario de mis manos en su vagina le hacían emitir pequeños gemidos de placer. A estas alturas mi pene ya estaba muy erecto, masaje sus hombros y vi que estaba muy excitada, por lo que empecé a chupar sus senos, mientras le daba el masaje. Esto no es un masaje, pero sigue, que me encanta, dijo ella. Me daba mucho morbo que tuviera los ojos vendados, y pegué un salta para ponerme encima de camilla con ella y hacer un 69. Empecé de degustar su sexo mojada, mientras penetré su boca con mi pene. Mmm, qué bien lo haces, cabrón, exclamo ella. Estuvimos un buen rato en la posición, hasta que le di la vuelta y empecé a saborear su ano. Se nota que le gustaba pero me ...
    ... sorprendió su reacción. Esto no me lo hace el cerdo de mi marido, no me como el culo, dijo. En ese momento me quedé un poco parado porque desconocía que tuviera pareja, aunque la situación me daba más morbo. Pues ahora te lo voy a follar por zorra, le contesté. Cogí mi lubricante e introduje un dedo en su ano, mientras le comía el coño, en un cunnilingus brutal. Mi pene estaba a mil, Laura estaba disfrutando mucho y tenía que entrar dentro de ella. Lubrique bien su puerta trasera, me puse un preservativo y, lentamente, metí mi polla en su culo, mientras con la mano, metía dedos en su vagina y acariciaba su clítorix. Me encanta que me folles el culo porque el perro de mi marido ya no hace nada, dijo Laura. Le envestí de forma dura, ella gemía como loca y así estuvimos un rato. Luego tenía ganas de follar su coño, pero también que disfrutara, así que cogí unas bolas tailandesas, que tenía sin estrenar, y se las metí en el culo, mientras le penetraba por el coño a 4 patas. Me dijo que le diera azotes y que te le tirara del pelo, que le gustaba el sexo duro, a lo que accedí sin problemas. Ella ya estaba cansada y empapada de sudor y me pidió mi leche. Le dije que dónde la quería y me dijo que en la boca, me empezó a pajear hasta que exploté y llené su boca de mi néctar. Se la tragó sin problemas. Nos fuimos a la cama y nos sentamos, le dije que lo había pasado muy bien y que era muy guarra en la cama. Me contó que no tenía sexo con su marido y que necesitaba de vez en cuando una ...