1. Helena y una placentera estadía en Cuba


    Fecha: 08/11/2018, Categorías: Anal Sexo con Maduras Sexo Interracial Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster

    ... todo el semen.Sin darle tiempo a Helena para limpiarse los chorros de semen que le caían por la barbilla, Edmundo la levantó suavemente por la cintura y la hizo sentar sobre el lavatorio, de espaldas al espejo, con sus bellas piernas abiertas y colgando.Luego comenzó a besarle los tobillos, las pantorrillas y finalmente sus muslos, hasta llegar a la dulce concha de mi amiga, que ya se debatía mientras sentía el calor que le provocaba la lengua del negro.“Ahora vas a tocarte, puta blanquita; vas a acabar frente a este negrito….” Le dijo.Helena entonces comenzó a acariciarse el clítoris y a meterse los dedos bien profundamente dentro de su dulce conchita. Cerró los ojos y comenzó a tocarse con más velocidad, hasta que arqueando la espalda empezó a temblar y tuvo un orgasmo formidable, dándole a Edmundo lo que le había pedido.Otra vez sin darle tiempo para que se repusiese, Edmundo le levantó las piernas poniéndolas sobre sus hombros y se fue acercando hasta que la tremenda pija negra estuvo casi rozando los labios vaginales de mi amiga. Ella gimió y le gritó que la cogiera de una buena vez, que ya no la hiciera esperar más…Pero el negro no tenía tanto apuro en darle el gusto. Empezó a restregar su poderosa serpiente negra de arriba abajo, lubricándole bien la punta con los fluidos de Helena. “Ahora te voy a coger, puta blanquita; hasta que no puedas ni siquiera caminar…”.“Después de tener mi verga negra adentro, nunca más vas a querer otra…”Helena comenzó a sollozar y a ...
    ... pedirle que se la metiera; que no tuviera piedad con ella; solamente quería sentir el poder de esa enorme verga adentro suyo.Por fin Edmundo apoyó la punta de esa cosa increíble entre los labios vaginales de esa dulce conchita y muy despacio empujó hacia adelante. Apenas la cabeza; la metía y volvía a sacarla lentamente, para volver a empujar un poco más profundo cada vez.Al cabo de unos minutos, Helena tenía la concha llena de esa gruesa serpiente negra.Entonces empezó a bombearla. Primero despacio hasta que el ritmo fue frenético. Mi amiga acompañaba las embestidas moviendo las caderas al ritmo que marcaba el negro. Ella tenía los ojos cerrados y gemía, gritaba, lloraba, resoplaba y sollozaba.De repente abrió los ojos. Se aferró al lavatorio con ambas manos y dando un grito como hacía mucho tiempo no le había escuchado, explotó en otro orgasmo infernal. Entre sollozos decía que era la mejor cogida que le habían dado en su vida y le suplicaba a Edmundo que no dejara de cogerla así.Mientras tanto, el negro seguía bombeándola sin disminuir el ritmo del profundo mete y saca ni la potencia de las embestidas. Continuó cogiéndola sin cambiar de postura durante al menos otra media hora, durante los cuales Helena gimió anunciando otros cuatro orgasmos consecutivos.De repente Edmundo se relajó un poco y muy lentamente fue sacándole toda esa enorme verga. Se sentó sobre la tapa del inodoro y le dijo a Helena que se empalara en ese tremendo mástil que apuntaba hacia el techo.Helena fue ...