1. Emputecida y Sumisa (Montandole cuernos a mi marido) Capitulo 2


    Fecha: 09/11/2018, Categorías: Dominación Autor: merchemaria, Fuente: RelatosEróticos

    ... butaquitas bastante bajas para hablar de forma distendida y no hacerlo detrás de la mesa del despacho. Empezamos a fumar un cigarro y a hablar de temas de trabajo. Mientras tanto yo abría y cerraba las piernas cada dos por tres, dejando ver el liguero y fumaba sensualmente pasándome la lengua por los labios. Creo que llego a ver mis depilados labios vaginales a través del tanga transparente, porque hubo un momento que se quedó como sin palabras. Pronto fueron las dos de la tarde y me pidió que fuera comer con él que nos había dado tiempo a terminar de planificar la auditoría. Le contesté que encantada, él se levantó y yo me quedé sentada unos segundos para que pudiera ver el canal de las tetas, luego me levanté caminando hacia el perchero para coger el abrigo, cuando a mitad de camino dejé caer el paquete de tabaco, y doblé haciéndome la distraída la espalda par cogerlo, se me levantó la falda del vestido y pudo ver mis nalgas separadas por la tira del tanga y todo el liguero. Al levantarme me fijé como se le iban los ojos hacia mi culo, tenía que estar cachondísimo. Si no me lo follaba esa tarde es que le gustaban los hombres. Al salir le informé a la secretaría de que estaría toda la tarde con Pedro y que ya no volvería mientras le miraba a él mojándome mis rojos labios. La verdad es que hace apenas un mes hubiera sido incapaz de seducir a un hombre y ahora parecía una furcia buscando echar un polvo. Fuimos caminando a un restaurante próximo que estaba en la Castellana ...
    ... próximo a mi oficina, nos tomamos un par de cervezas antes de empezar a comer. Mientras estuvimos comiendo no paró de hablarme de lo guapa que estaba, que le gustaba mucho mi cambio de imagen, mucho más femenino y sensual. Yo mientras tanto seguía pensando en Rubén, tenía que cumplir con la dieta y me pedí los platos con más calorías, de primero fritura de pescado variado, de segundo cordero asado, y de postre fresas con mucha nata, café y como Pedro una copa de Brandy. La verdad es que el tío se quedó sorprendido de mi apetito y me dijo en broma que nunca había visto a una mujer comer tanto, desde luego la comida le iba a costar una pasta. Cuando nos estábamos fumando un cigarro, empezó a tomar la iniciativa supongo que después del numerito de la oficina, pensaría que era una golfa y que sería fácil llevarme a la cama. Empezó a decirme que no le quedaban claros algunos puntos de la auditoría y que sería mejor tratar esos puntos en privado, y que aunque ambos éramos casados que sería bueno que nos conociéramos mejor, etc. Yo le miraba con sonrisa burlona mientras apuraba otro cigarro. Total me dijo que porque no tomábamos otra copa en un apartamento que tenía cerca muy discreto. Me hice un poco la estrecha diciéndole que tenía mucho trabajo atrasado en la oficina y que no sabía, me contestó que su empresa era muy buena cliente y que nadie diría nada si estaba con él. Le contesté que bueno pero que sólo una copa. Desde luego daba la impresión que si tenía un apartamento sólo para ...
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