1. Internet y sus relaciones VI


    Fecha: 04/09/2017, Categorías: BDSM Masturbación Sexo Duro Autor: Escritordebondage, Fuente: xHamster

    ... gracias.A usted.Ruth siguió al Amo hasta el ascensor y en breves minutos llegaron a la suite, que estaba en el último piso del hotel. El Sr. Sotogrande abrió la puerta y entraron. Era una habitación magnífica, grande, con una enorme cama y decorada con exquisito buen gusto. El Amo corrió las cortinas y un abundante chorro de luz inundó la estancia. La vista sobre el Paseo del Prado era increíble. Llamaron a la puerta. Era el botones con la maleta de Darkshadow. Antes de irse, el joven miró a Ruth preguntandose si sería la hija o la novia del hombre. Ninguna de las suposiciones era acertada.Una vez solos, el Amo se dirigió a la muchacha con una mezcla de dulzura y autoridad.Cuando estemos solos y a menos que yo te indique lo contrario, irás completamente desnuda.Sí, Amo –respondió la joven comenzando a quitarse todo lo que llevaba encima hasta quedarse totalmente en cueros.Estaba tan excitada que sus pezones se erguían eniestos apuntando hacia arriba y su conejito se mostraba abierto, con los labios hinchados y la humedad bien visible en la vulva.El Sr. Sotogrande sacó algo de su maleta y se lo mostró. Era un collar de perro, delgado, de cuero rojo, con una chapita dorada que mostraba el nombre "Ruth" grabado.¿Te gusta? –preguntó el hombreSí, Amo.Más te vale, porque deberás llevarlo puesto siempre que estés en mi presencia.Antes de ajustárselo alrededor del cuello, el Sr. Sotogrande mostró brevemente a la joven el reverso de la chapa en la que se había grabado la ...
    ... inscripción: "Propiedad de D. S." El cuerpo de Ruth se extemeció ante aquel símbolo de posesión.Ponte a cuatro patas –ordenó el Amo.A la chiquilla le faltó tiempo para obedecer y el Sr. Sotogrande enganchó una correa a su collar.Ahora, sí eres una verdadera perrita –dijo- vamos, empieza a moverte y ladra.Ruth no podía haber imaginado una humillación mayor, pero comenzó a gatear a cuatro patas mientras su boca intentaba imitar los ladridos de un perro.¡Guau, guau, guau! – ladraba la azorada joven.El Sr. Sotogrande no pudo evitar una sonrisa al observar la total sumisión de aquella bella jovencita. Después de un corto paseo por la habitación, el hombre obligó a la perra a detenerse y erguirse de forma que sus nalgas reposasen sobre sus talones y las palmas de sus manos sobre sus muslos.Esta es la posición en la que una perra obediente espera las órdenes de su dueño, ¿está claro?Sí, Amo.Mientras hablaba, el Sr. Sotogrande se soltó el cinturón y se desabrochó los pantalones. Era hora de que Ruth rindiese pleitesía a su endurecido miembro. Los ojos de la joven se abrieron como platos al ver la herramienta del hombre. ¡Menudo pollón tenía! Aún con su corta experiencia con chicos, un par de rollos en el instituto, Ruth se dio cuenta de que aquel falo era más largo y grueso que la media y los dos testículos que colgaban de él, gordos como pelotas de ping-pong. El Sr. Sotogrande sabía perfectamente la reacción que las mujeres experimentaban al admirar por primera ver su verga, aún así no pudo ...
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