1. Fin de semana a solas con papá (1)


    Fecha: 14/11/2018, Categorías: Gays Sexo con Maduras Autor: renovatio111, Fuente: xHamster

    El reloj de la cocina marcaba las nueve de la mañana y toda mi familia – mi padre, mi madre y mi hermano – desayunábamos casi sin pronunciar palabra atentos a las tostadas y el zumo. Mi madre ya había preparado las maletas para irse con mi hermano.- Nunca nos toca nada y una vez que jugamos ganamos una estancia en un hotel en la costa. ¡Bien hecho, Ramón! -gritó jubilosa mi señora madre.Ramón era mi hermano mayor, veintidós años y una persona ahorradora y frugal. Desde hacía un año y medio iba recolectando cupones que había recortado de diferentes revistas con el fin de reclamar el premio que le ofrecieran. Tras largos meses, consiguió un viaje a la playa y decidió que mi madre, que acababa de atravesar una depresión, le acompañara. Desde que era joven siempre tuvo que cuidarnos tanto a Ramón como a mí mientras mi padre trabajaba de obrero para ganarse nuestro pan. A causa de eso, mi madre pasó por una crisis que resolvió hace escasas semanas.Mi padre siempre ha velado por nuestra salud y seguridad. Tiene cuarenta y cinco años, solo dos años más que mi madre. Es una persona de complexión fuerte debido a su trabajo aunque no muy alto (calculo que un metro setenta), el pelo corto y castaño, los ojos marrones y la piel tostada por el sol. Yo entonces era un chico bastante alto – metro ochenta y dos -, con el cabello castaño como mi padre y la piel y los ojos claros como mi madre. A mis diecisiete años yo no necesitaba mucha supervisión. Tal vez por eso mi papá no se opuso a que ...
    ... mi madre fuera a despejarse unos días a la playa y, además, se ofreció a cuidar de mí el tiempo que estuviesen fuera. Al no tener trabajo, mi padre siempre andaría por casa o en el bar.A las diez y media mi madre y mi hermano se subieron al coche y se fueron.No volverían hasta dentro de tres días, así que me tocaba a mí hacer las tareas de la casa. Empecé por ordenar el salón y el comedor mientras mi padre estaba fuera, así comprendería que había hecho las labores. Él regresó a eso de las doce y, para mi sorpresa, decidió ayudarme a hacer la comida. Entre los dos preparamos, una comida rápida, y nos sentamos en el salón aprovechando que mi madre se había ido y no nos regañaría por comer en el sofá. Al estar en las puertas del verano ambos íbamos con ropa ligera y fresca: mi padre estaba sin camiseta y llevaba un pantalón de chándal amplio que le llegaba por las rodillas; yo un bañador corto y una camiseta. Comimos tumbados en sofás diferentes con la tele encendida sin motivo, porque nos pasamos hablando sobre temas diversos, incluso después de acabar de comer.Eran las tres de la tarde cuando mi padre decidió echarse la siesta en su habitación. Mientras fregaba los dos platos y los vasos de la comida pensé en hacerme una paja aprovechando que mi madre y mi hermano estaban fuera y mi padre dormía la siesta. Entré a mi cuarto, encendí el portátil y le enchufé los auriculares. La habitación de mis padres estaba pegada a la mía, por lo que tenía que evitar cualquier tipo de ruido ...
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