1. Entregando a Lorena 21


    Fecha: 14/11/2018, Categorías: Anal Sexo con Maduras Voyerismo Autor: aristurman, Fuente: xHamster

    Entregando a Lorena 21Finalmente Lorena y yo pudimos cumplir nuestro deseo postergado de poder mudarnos a un cómodo departamento de Villa Urquiza; bastante espacioso y luminoso. Lo mejor era una especie de balcón terraza, donde podíamos disfrutar del sol en el verano.Una tarde estábamos precisamente haciendo eso, tomando sol en el balcón, cuando noté que Lorena se incorporaba y se metía la tela de la tanga entre los firmes cachetes de su hermosa cola.Le pregunté qué estaba haciendo y algo confusa farfulló que eso era para que no le quedaran las marcas blancas de la malla; en realidad me di cuenta de que ahora estaba de espaldas a las rejas del balcón, dando un perfecto espectáculo a un par de adolescentes que vivían en el edificio de enfrente y que no se podían despegarse de la ventana, mirándole directamente el culo de mi mujercita.Al notar eso y creyendo que Lorena no se había dado cuenta, le avisé:“Amor, date vuelta, que esos pendejos te están mirando desde enfrente”.Pero ella giró su cabeza y se burló de ellos, sacando la lengua y pasándosela después por los labios entreabiertos.“Que miren lo que quieran, me calienta pensar que se están pajeando por mí”.Automáticamente yo también sentí que comenzaba a tener una erección monumental; así que me acerqué a ella y le comí la boca en un beso profundo.Le susurré al oído que lo que estaba haciendo era una de mis fantasías de los últimos días y que si a ella le gustaba yo no me pondría celoso, al contrario, le ayudaría a ...
    ... desarrollar su fantasía y llegar hasta donde ella quisiera.La noté muy excitada cuando preguntó: “Llegar hasta donde yo quiera?”“Entonces me gustaría mostrar mi cola a esos chicos sin la tanga, sí?”“No te parece que sería demasiado?”“Para nada, ya sabes que a siempre me gusta mostrar mi cola y si los hombres se calientan y la desean, mejor todavía”. Me respondió ronroneando como una gata.Noté en su cara que contarme esto la calentaba terriblemente, y yo que con mi calentura no me quedaba atrás le seguí preguntando.“Anduviste mostrando la cola a muchos hombres en estos días?.“A varios, te cuento cuál fue la última vez?“Ayer precisamente cuando salí del edificio para el gimnasio con las calzas azules bien ajustadas, esos dos chicos estaban enfrente, así que me incliné para atarme el cordón de una zapatilla y les puse la cola bien redonda delante de sus ojos.De reojo pude ver que se toqueteaban la entrepierna, estaban bien alzados los dos. Eso me calentó tanto que tuve que volver a subir a casa para cambiarme las calzas porque me había mojado toda”.Ahora estaba en cuatro patas sobre la reposera y a medida que me contaba esto había abierto un poco más sus piernas y se frotaba la conchita a través de la breve tela, siempre mostrando el culo a los pibes de enfrente.“Bueno, como quieras, sin tanga entonces; yo me voy para adentro y te miro desde ahí”.Lo único que yo quería era no perderme nada del espectáculo que iba a dar mi mujercita, mientras me hacía flor de paja.Apenas la dejé sola, ...
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