1. La chica de Internet


    Fecha: 16/11/2018, Categorías: Confesiones Autor: viperblue, Fuente: RelatosEróticos

    Conocí a una chica en Internet en una página web para conocer gente. Poco a poco comenzamos a chatear y con el tiempo decidimos encontrarnos y darle rienda suelta a nuestros deseos. Viajé a su pueblo y allí la esperé en la habitación del hotel, un lugar pequeño y reservado donde estaba seguro que nadie nos molestaría. Sabía lo que quería hacerle así que me bañé y esperé hasta la hora indicada pensando en miles de cosas que podrían causar en su mente la duda para no ir a la cita. Cerca de las 7 de la noche oí que tocaban la puerta de la habitación, sentí una profunda satisfacción y me levanté lentamente de la cama y me acerqué a la puerta y pregunté - quien es? - oí su dulce voz decir algo nerviosa - Pocahontas - y sonreí al oír aquella palabra clave. Coloqué mi mano en la cerradura y le dije con tono sereno y firme - cierra los ojos y no los abras - hice una breve pausa y añadí - me has entendido? - escuché de nuevo esa voz que sólo dijo, si, entendí - Abrí la puerta lentamente mirándola a los ojos y sonreí al notar que tenía los ojos cerrados tal como se lo pedí. Salí de la habitación y comencé a caminar lentamente alrededor de ella mirándola de arriba abajo viendo la falda ajustada que traía y la camisa con escote que le pedí que vistiera. Tomé la venda que había preparado y comencé a ajustársela en los ojos y me aseguré de que no pudiera ver nada. Coloqué una de mis manos en su hombro y la llevé suavemente dentro de la habitación, hasta el centro, allí la dejé parada en el ...
    ... centro de la habitación y nuevamente comencé a caminar alrededor de ella mirándola de arriba abajo. Ella es una mujer como de un metro sesenta y siete de estatura, complexión delgada, sus rasgos son suaves pero lo que más destaca de ella es esa cara de inocencia y picardía que en momentos suele tener. Este momento no era uno de esos, ella estaba nerviosa y lo sabía por la intranquilidad de sus manos y su tendencia a morderse los labios. Me paré detrás de ella y lentamente acerque mi boca a su oreja y le susurre - no tienes ideas de todas las cosas que te quiero hacer - sonreí, dejando sentir mi aliento cálido en su oreja mientras deslice mis manos hacia su cintura y comencé a acariciarla suavemente apretándola por la cintura. Tomé una tira de una bata de baño y la usé para atarle las muñecas en la espalda. La anudé lo suficiente para que estuviera cómoda pero que no pudiera soltarlas. Deslicé mis manos por sus brazos hasta llegar a sus hombros y de allí bajé lentamente por los costados de su cuerpo hasta llegar a la cintura, le acaricié nuevamente la cintura apretándola suavemente para luego seguir deslizando mis manos lentamente por sus caderas hasta llegar a sus muslos. Usé las puntas de mis dedos para deslizarlos lentamente por debajo de su falda mientras me pegaba todo lo que podía al cuerpo de ella desde atrás. Usé mis dedos para subirle la falda muy lentamente dejando poco a poco descubierta su ropa íntima. Con la punta de la lengua comencé a recorrer el contorno de su ...
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