1. L.S.D. y los mosqueteros


    Fecha: 17/11/2018, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Habíamos liado ya un par de porros y bajado botella y media de vino cuando la pelicula terminó. Había estado bien, pero no nos apetecía comernos los créditos, por lo que cambiamos para ver que echaban. En el plus estaba porno, y al final, decidimos que era lo menos malo de la tele. Al principio nos reíamos, Aramis, D’artagnan y yo, pero en el fondo, yo me estaba poniendo bastante caliente. Las escenas de la tele eran muy sugerentes, a medida que la cosa se ponía más caliente fueron cesando los comentarios, y el silencio se adueñó de la sala. Me tapé con la manta hasta el cuello, para acariciarme por encima del pantalón, y que no se notase mucho. De vez en cuando deslizaba mi mano hacia la pierna de D’artagnan, que disimuladamente se retiraba y hacía como si se colocase la manta, mientras con la pierna, mas disimulado. no sé por qué lo hacía, instintivamente, sin malicia. Pero de repente me sentía muy excitada, y me apetecía locamente follar. Esperaba que alguien hiciese algo, o me tendría que...De repente Aramis se movió, y al moverse la manta pude ver como su verga tensaba la tela de sus pantalones. D’artagnan estaba igual porque hacía ya rato que una de mis manos se había colado por dentro de su ropa. Aramis se levantó.- Me voy, me voy porque sino... Es mejor que me marche.- y D’artagnan añadió.- Bueno, pues yo también me voy.- Os vais?- esperaba que al menos D’artagnan se quedase- No te vayas.- dije, y le agarré la mano- Si quereis podemos cambiar la película...- No, si ...
    ... a mí la película me mola, pero es mejor que me vaya.- Pues para ir a casa y hacese una paja, quedaos aquí. A mi no me importa.- Pero a mí sí.- Mira, si quieres te la hago yo. A mí no me importaría, y si quieres- dije dirigiendome a D’artagnan- a ti también. Puedo hacéroslo a los dos- dije sin darle mayor importancia.En ese momento no me parecía sexual. Eran mis amigos y después de todo, hacerles unas pajas no era para tanto. Yo solo quería que se quedasen para que alguno calmase mi calentura.- No te atreves- dijo Aramis de coña.- Bueno, tu siéntate- y le coloqué en el sofá a mi lado.Fui desabrochando el pantalón, y cuando lo hice, el se incorporó para facilitarme que sus pantalones callesen hasta los tobillos. El de D’artagnan tenía cinturón, y me costó un poco más, pero tenía práctica.Allí estaba yo, con las resplandecientes pollas de mis amigos en la mano haciéndoles unas pajas. D’artagnan tocó mi mano y entonces un escalofrío delicioso recorrió mi cuerpo al ver lo que estaba haciendo. Cada uno me rozaba casi sin querer, uno en una pierna, otro en la cabeza... Yo estaba realmente caliente, y buscaba esas caricias moviéndome. A veces les miraba a la cara, y me ponía como una moto al imaginar lo que estarían pensando. Me acerqué a Aramis y lo besé muy dulce en los labios. Luego a D’artagnan, y me dispuse a quitarles las camisetas. Primero uno y después el otro, besando sus pechos desnudos. Cuando los tuve desnudos se levantaron y me senté en el sofá entre ellos. Empezaron a ...
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