1. Aparcamiento


    Fecha: 17/11/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Me llamo Laura y tengo 22 años, lo que es contaré me ocurrió hace unas semanas. Me gusta mucho leer los relatos de esta web y por eso me gustaría compartir este con todos vosotros. Ese día, como siempre, salía de la oficina a las dos del mediodía, con ganas de llegar a casa, comer y tumbarme un rato a ver la tele o irme a la playa, porque hacía mucho calor. Tenía el coche aparcado un poco lejos, en un aparcamiento que siempre está lleno y en el que siempre hay coches dando vueltas esperando a que alguien se vaya. Al lado de mi coche había otro de color oscuro que había aparcado tan cerca del mío que casi no me dejaba abrir la puerta, y en el interior del cual había alguien sentado en el asiento del copiloto. Cuando me acerqué para subir a mi coche vi que el hombre del coche de al lado iba desnudo de cintura para arriba, y que tenía una revista en la mano "alguien que está esperando a otra persona y que se está asando dentro del coche" pensé. Entonces vi que no era exactamente eso, sino que con una mano aguantaba la revista y con la otra se estaba haciendo una paja. Me sorprendió tanto aquella situación en un lugar tan transitado como ese, que no pude evitar quedarme unos instantes mirando. Ya se que parece extraño, pero me excitó un poco ver a aquel señor de unos cincuenta y tantos, gordo y no muy atractivo allí de esa manera (tengo que reconocer que los hombres mayores siempre me han dado morbo). El hombre vio que le miraba y bajó la ventanilla. Yo intenté subir a mi ...
    ... coche, pero como estaba tan junto al otro casi no podía entrar, y entonces noté como su mano acariciaba mi culo. Me puse nerviosa, pero tengo que reconocer otra vez que la situación me excitaba. Me quedé parada un momento y noté su mano subiendo por mis piernas levantando mi falda. Me estaba empezando a mojar y era difícil esconder mi excitación. Así que me giré y le grité: "pero usted que se ha creído?" Vi que tenia su miembro erecto y me temblaron las piernas. Él no hizo caso de mis palabras y siguió jugando con su mano por debajo de mi falda hasta que llegó a mi tanga. Yo ya no podía más, así que me aparté, di la vuelta a su coche y, aunque parezca una locura, me subí por la puerta del conductor. El hombre me miró algo sorprendido, sonrió y me dijo que no me iba a arrepentir de mi decisión. Yo no sabía si me arrepentiría o no, pero en aquel momento no podía pensar con claridad. "Desnúdate" me dijo. Yo me quedé un momento parada intentando darme cuenta de lo que estaba haciendo, pero él, al ver que no me movía, empezó a quitarme la camiseta y el sujetador. "Me gustan tus tetas" dijo "parecen dos melones", y empezó a lamérmelas. Mis pezones estaban a punto de explotar. Y él los mordisqueaba sin parar, hasta que empezó a bajar con su lengua y llegó a mi falda, que desabrochó con rapidez y me la quitó arrojándola al asiento trasero. Después hizo lo mismo con mi tanga, y de pronto se detuvo y con la mirada me señaló su polla a punto de rebentar. Yo agaché la cabeza e hice lo que él ...
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