1. Gemidos al amanecer


    Fecha: 18/11/2018, Categorías: Fetichismo Primera Vez Autor: limahong34, Fuente: xHamster

    Realmente no sé hasta que punto gimo o no cuando follo, pero esto me recuerda una anécdota en la si que recuerdo hacerlo, aunque curiosamente no en el desarrollo de la práctica más dada a ello. A lo tonto he convertido tu pregunta en un mini relato erótico que no se si la contesta, pero me ha excitado mucho escribir...Recuerdo un verano viajando por Extremo Oriente en el que dí con mis huesos en Japón, un país que siempre quise conocer y al que llegué via Filipinas con la intención de echar un vistazo rápido de unos diez días. Tras separarme de mi compañero de viaje en Tokyo y tras no pocas aventuras incluyendo sexo con japonesas y muchas otras cosas pretendía acabar mi periplo con una última visita en Kyoto, ciudad imperial muy apetecible, antes de desandar el camino via Filipinas y otros países. Una de esas primeras noches en Kyoto conocí a una chica española preciosa de 23 añitos, que estaba estudiando allí todo el año en plan intercambio, y tan solo un par de encuentros y un buen feeling fueron suficientes para citarla una mañana y convertirla en “mi guia” en la ciudad a todos los efectos, durante aquellos pocos días que me quedaban en Japón. Ella tenía novio en España y yo en principio me alojaba por mi cuenta en un ryokan local, pero trabamos amistad bien rápido y sin más dilación comencé a explorar la ciudad en inmejorable compañía.Una de aquellas tardes de “turismo asistido” visitamos el pueblo de Arashiyama en las afueras de Kyoto, una auténtica preciosidad entre ...
    ... rural y urbano situado en un magnífico enclave entre el rio y las colinas boscosas. Vagabundeamos por allí dejándonos llevar por la tranquilidad del ambiente, disfrutando de la coqueta arquitectura y los preciosos jardines, del paisaje...Hasta que decidimos parar a descansar en un lugar especialmente hermoso, un pequeño campo de cultivo rodeado de colinas que sin ser especialmente recóndito ofrecía cierta intimidad y parecía adecuado para sentarse un rato. Nuestra única compañía era un anciano agricultor que segaba sus cultivos a la manera tradicional a unos metros y parecía no advertir nuestra presencia, así que nos tiramos a relajarnos un rato en tan bucólico paraje. No se si fué mi buena conexión con ella, su cercanía física sentada justo delante mio o el sugerente canto de los insectos en Agosto lo que me hizo ofrecerme a darle un masaje, a lo que ella accedió encantada. Así que me dispuse a trabajar su cuello y hombros con mis manos mientras los sonidos del bosque nos iban envolviendo poco a poco. También masajeé su cabeza y sus sienes con suavidad, quizás inconscientemente activando sus puntos erógenos, para volver de nuevo al punto de partida mientras crecía en mí el deseo de explorar nuevos territorios. Cuando le preguntaba si le gustaba ella contestaba muy bajito que sí, de alguna manera evitando romper el momento placentero que estaba experimentando. La situación me estaba excitando por momentos y ni siquiera el conocimiento de que ella tenía novio en España y yo le ...
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