1. EL BANCO DEL AMOR


    Fecha: 19/11/2018, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... excita y se los voy acariciando hasta que sobresalen y parecen que van a reventar y así sigo amasándole las tetas y endureciéndoles sus pezones hasta que deseo chupárselos pero me decido por su boca y allí le meto y saco rápido mi lengua, simulando el coito, simulando el mete y saca que a todas las mujeres les gusta hasta que la dejo que siga mirando la revista y así hacer bajar un poco la calentura que ya no para de subirnos. Cuando me pongo por delante para darme el gusto de mirar ya veo como de su coño sale un hilo brillante que casi llega al suelo. Con mi dedo lo cojo y no lo dejo caer. Se lo unto en sus labios para que no se pierda y lo que consigo es que le salga un chorro que me hace recordar que en este juego hay que poner una toalla debajo de su coño. Le dejo el sexo y me dedico con mi boca a besar la suya, siempre metiéndole y sacándole la lengua en un intento de imitar el deseo que tengo más abajo, en medio de las piernas. Hay que alejarse de Carmen para que se le baje la calentura un poco y luego regreso. Ella sigue allí en esa posición de mujer ordinaria, de mujer calentona que así, enseñando todo, parece que está pidiendo que le entre cualquier polla, la del que sea, está pidiendo macho, solo quiere un gajo que le calme ese ardor doloroso. No quiere amor, quiere que le quiten esa comezón que le quema el conejo. Al notar eso me arrastro, me acuesto en la alfombra y me quedo boca arriba, bajo su coño abierto, mirándolo cerquita de mi boca. Me pongo una almohada ...
    ... o cojín bajo la cabeza y mi boca abierta queda pegada a la ventosa que es el conejo de mi mujer y, sorpresa, no arde, esta tan mojado que esta frío hasta que mi lengua juega con su clítoris. Ahora voy bajando la lengua recorriendo el agujero del coño por ambos lados y con los labios chupo una de sus ninfas, la más bonita, pero al soltarla vuelve a su sitio. Carmen gime y un chorro de su zumo me cae en la cara y corre hasta mis orejas mojando el pelo; ya en estos momentos Carmen esta en el séptimo cielo. Sigo mamándole el conejo y entre lamida y lamida tengo que secarme la cara con la toalla. La verdad es que en esos momentos tengo que levantarme pues se me va a mojar todo el pelo. Carmen sigue viendo la revista porno. Yo me levanto y me pongo por delante y mientras la beso me dan ganas de bajarla del banco y montarla, estoy explotando de calentura, pero me relajo besándola apasionadamente. Con una mano no dejo de acariciarle ese boquete que en esa posición es su conejo. Cuando Carmen está de pie y tiene el conejo afeitado, le ves una gran raja cerrada y abultada, bulto que aumenta hasta casi el doble cuando esta excitada y en la mitad de la raja le sale una ninfa desafiante, se le sale un labio grande como una aleta que se dobla hacia la derecha abrazando al labio mayor. Si con tus dedos coges ese labio obsceno y tiras de él, se te queda el chocho abierto y listo para ser lamido a tu antojo. Ese labio es un reclamo, es una llamada constante que su conejo hace, incitando al ...