1. MI CUÑADA ADEMAS DE PRINCESA ,RESULTO MUY PUTA


    Fecha: 20/11/2018, Categorías: Sexo Interracial Autor: pevertido, Fuente: xHamster

    ... poniendo cara de fulana, me preguntó:―¿Necesita algo de mí?Fingiendo una tranquilidad que no sentía, le contesté que no pero ella pasando su mano por encima de mi bragueta insistió:―¿Está seguro?―Completamente― respondí de mala gana porque sus dedos habían aferrado ya mi extensión y sin cortarse por el resto del pasaje, esa morenita se disponía relajar mi tensión.Poniendo un puchero, me susurró:―Me han ordenado que honre al hermano de nuestro benefactor y le aseguro que la idea me resulta muy agradable.Viéndolo con perspectiva y ya pasado un tiempo, confieso que fui injusto con ella y que si esa chavala no me hubiese recordado el motivo del viaje y quien eran sus jefes, le hubiese dejado proseguir pero fui incapaz y retirándola violentamente a su asiento, le exigí que me dejara en paz. Durante el resto del viaje, Loung se dedicó a tratar de intimar conmigo pero se topó contra una pared, consiguiendo únicamente algunos monosílabos como respuesta.Ya en la capital de ese país, una enorme limusina de origen chino nos llevó hasta el lugar donde estaban velando a Alberto. Al ver la multitud que hacía cola para rendirle sus respetos, valoré en su justa medida el amor que esa gente sentía por su memoria y ya no pude seguir recriminando a mi hermano que hubiera perdido su vida por ellos.Una vez en el velatorio, el ataúd con mi hermano estaba cerrado y al pedir que lo abrieran para darle mi último adiós, vi la cara de desconcierto de los empleados. Al preguntarle a mi intérprete ...
    ... que era lo que pasaba, Loung me llevó a un rincón y en voz baja me dijo:―Aunque oficialmente su hermano murió de un ataque al corazón, fue asesinado por los enemigos de mi pueblo y no conviene destaparlo porque de hacerlo se haría público.―No comprendo y eso que importa ahora, Alberto está muerto y su labor terminada.―No es así― respondió la oriental:― si el gentío se entera de que lo mataron, habría una espiral de sangre y sus asesinos habrían conseguido su objetivo: detener las reformas que nuestro gobierno ha emprendido y que su hermano defendía.Asumiendo sus palabras, no insistí en ver su cadáver y arrodillándome frente a su féretro, recé por él. Desgraciadamente las sorpresas no acabaron allí porque llevaba media hora en ese lugar cuando reparé en una diminuta mujer que lloraba sin consuelo a mi lado. Supuse que debía ser alguien importante en la vida de Alberto, debido tanto a su dolor como al puesto de relevancia que le habían dado y por eso susurrando al oído a Loung, le pregunté quién era.La chavala me miró y tras reponerse de mi pregunta, contestó:―Es la esposa de su hermano, Sovann Norondom, su más fiel ayudante y como él, perseguida por los que se oponen a los cambios.Alucinado por la noticia de que Alberto dejara una esposa, no supe que decir y sin saber cómo, me acerqué a esa mujer y cogiéndola de sus manos, la abracé. Las muestras de cariño no están bien vistas en público y por eso esa morenita se separó de mí y haciéndome una reverencia, me dijo una frase en ...
«1234...»