1. La Pescadera...


    Fecha: 21/11/2018, Categorías: Sexo con Maduras Masturbación Primera Vez Autor: Marekkito, Fuente: xHamster

    ... porque quería hacer un 69 con ella. Me pidió que también le introdujera un dedo… ella no paraba de meter y sacar mi polla de su boca, totalmente ensalivada. Así estuvimos un buen rato hasta que nos desconectamos y ella sacó del cajón una caja con condones de sabores. Me puso uno con la boca y tras ello se sentó sobre mí para cabalgarme. El condón me apretaba mucho, era pequeño para mí y ella no estaba cómoda; así que me lo quitó y me pidió que la avisara antes de correrme, no quería quedarse embarazada… yo tampoco. Me cabalgó en varias posturas, yo aguantaba y aguantaba mientras ella me follaba y se acariciaba, hasta que se corrió entre gemidos y convulsiones. Entonces empecé a notar que mi volcán estaba a punto de explotar y la saqué rápidamente. Ella respondió con una corta felación porque exploté en su boca y no dejó derramar ni una sola gota. Aun con la erección intacta la penetré por detrás, me dolía el pene pero no podía permitirme sé que bajara… Seguimos follando, le agarraba de los pechos y del pelo con cada embestida y al cuarto de hora volvía a ...
    ... correrme sobre el tatuaje que tenía encima de su culo, era una mariposa... La limpié con mi lengua, nos besamos y quise relajarme lamiendo su sexo con delicadeza. Ella estuvo así relajada un rato hasta que volvió a estremecerse. Me pidió que volviera a penetrarla y puso sus pies sobre mis pechos. Tras un larguísimo y delicado mete-saca, no llegamos a corrernos y nos fuimos al baño para ducharnos juntos. Nos enjabonamos mutuamente, con una mano acariciaba sus dos pechos y con el otro acariciaba su sexo mientras ella se apoyaba en el cristal y se abría bien de piernas. Embadurnó mi pene con aceite corporal y la volví a penetrar. Esta vez volvía a correrme sobre el suelo de la ducha. Ella se puso gel entre las manos y comenzó a limpiarme con cariño…Salimos de la ducha, nos secamos mutuamente y nos vestimos. Recalentamos el café entre besos, comimos un poco de ensaimada y antes de irnos cada uno a sus obligaciones, quedamos en vernos tantas veces como pudiéramos y quisiéramos. Aún seguimos juntos y el mayor morbo se da cuando reconoce entre las clientas a mi mujer… 
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