1. Gracias Fernanda


    Fecha: 22/11/2018, Categorías: Transexuales Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    Viví durante dos años en un edificio de departamentos de la ciudad. Siempre fui discreto durante el día, pero de noche aprovechaba la oscuridad para bajarme del auto vistiendo ropa de mujer. Lo hacia con precaución, aunque me excitaba la idea de que alguien me sorprendiera. Esa ocasión llegó y fue la noche en que probé con intensidad el sabor de los hombres, porque sin que me hubiera percatado dos vecinos ya me espiaban desde hacía tiempo.Esa noche, decididos me esperaron en el vestíbulo del edificio para cerciorarse de que yo era "la mujer" que se bajaba del auto y, por supuesto, para darme una inolvidable lección. Quiero referir que, siempre había vivido así: de día era un muchacho normal y de noche, me gustaba sentirme mujer. Me cuidaba como ellas: depilaba regularmente mi cuerpo, lo humectaba con cremas nutritivas. Usaba sostenes, pantaletas, pantimedias, toallas femeninas y por supuesto prendas femeninas que conseguía en los mercados callejeros. Me vine a esta ciudad porque en la mia, me molestaban demasiado por afeminado. Acá me sentí mas libre. Conseguí trabajo como dibujante y ganaba lo suficiente para vivir desahogadamente. En el estudio donde laboraba mis compañeros respetaban mi condición aunque hacían bromas picaras que me divertían. Mas de una vez me sugirieron que me "soltara el pelo" y que me vistiera de chica. El jefe se enteró y los reprendió. Y yo tuve que comportarme discreto para no perder mi empleo En cierta ocasión uno de ellos,me invitó a salir y ...
    ... accedí. Me ilusioné como una chica en su primera cita. Pasamos una tarde linda: comimos en un parque, caminamos por diversas avenidas charlando y finalmente fuimos al cine. A poco de empezada la película, sentí que tomó mi mano y la puso en su pene desnudo y duro. No fue sorpresa para mi. Así que me porté sumiso como si fuera su novia. Dejé que guiara mi mano a su antojo y al final tomé la iniciativa y lo froté con tanta ternura que su semen caliente saltó con fuerza y me salpicó la cara. Ví como se hundía en el asiento cansado de placer. Cuando salimos pensé que me pediría ser su novia, pero no. Sólo me usó y luego se avergonzó. Se despidió ráoido y me dejó sola ahí. Supongo que luego corrió la voz con mis compañeros porque desde ese día pasaban junto a mi y buscaban frotarse ya en mi trasero ya en mi mano. El jefe también me contaba chistes obscenos y malintencionadamente. Hasta que un dia le dije directo: ¿Me deja chupársela? Eso lo frenó. Me acostumbre a sus burlas y me divertían. La noche en que ocurrió el suceso que mencioné al inicio, fue porque nos quedamos hasta tarde para terminar un trabajo. Salimos pasada la media noche y llovía. Por suerte llevaba ropa seca en mi carro. Claro, ropa de mujer. Antes de irme, como diario lo hacia, me puse un pantalón ajustado tipo pescador, un top, una blusita corta y sandalias de mujer, Conduje tranquilamente por la ciudad lluviosa a mi departamento sin sospechar lo que me sucedería al llegar. Estacioné mi compacto, apague el motor, metí ...
«123»