1. 8 Entre-acto. Momentos previos a -07:32:00 del combate


    Fecha: 28/11/2018, Categorías: Dominación Autor: Caminante, Fuente: CuentoRelatos

    ... podría reafirmar tu situación de enemigo. En vista de que estoy acorralado, voy a desbloquear vuestra terquedad, voy aceptaros, a ti y a la otra. Pero vuestro destino es incierto, como estáis haciendo con el mío, nada es eterno, parece que no te das cuenta, dispongo de más tías de las que me puedo follar, no paso hambre de sexo, por tanto no comprendo a tu padre, al otro si, ese cerdo apestoso tiene en su mano el equilibrio de la pelea y puede ser el que decida el destino de los tres. Me voy a preparar y voy a necesitar un bolso grande con tres bolsillos fuertes, si tienes bolsos viejos me sirven y por favor me los traes, solo eso. Tendrás lo que pides. Se alejó hablando para sí misma, seguro que me maldecía, joder con la esposa a la fuerza, mejor dicho esposas. No quieren darse cuenta que todo es una farsa, lo que no entendía era ¿Por qué yo? Volvió con seis bolsos, todos en buen estado, servían, incluso pensó un poco, en uno de ellos una enorme tijera de sastre. Me haría falta para cortar. Lo metí todo en el coche y me dirigí a la salida, los moteros estaban tapando con sus cuerpos la salida. Me detuve a cierta distancia, me bajé y jugué a las apuestas, les grité. Mendrugos, una apuesta fácil, ¿a qué os apartáis? No tienes autorización de salida, no nos moveremos. Dijo uno de ellos separando más las piernas y ambos dos se cruzaron de brazos. Di marcha atrás, sonrieron, y cuando calculé que tenía los metros precisos para la cuarta velocidad me detuve. Hice derrapar levemente ...
    ... al coche, salí muy fuerte en primera, pasé a segunda de inmediato y tercera en dos segundos, era la velocidad necesaria para hacer ruido con el motor, y su seguridad empezó a tambalearse, cerca de ellos pasé a cuarta, entendieron el mensaje y saltaron cada uno a su lado, pasé levantando el pie, habían perdido la apuesta. En el cruce con la carretera de los pantanos me detuve, no vi que salieran en mi persecución, tenían sus motos cerca, me alejé en dirección a picadas, y debajo del puente me puse a trabajar los cristales, ordené las bolas de plástico, plomo y las bolas gordas de caramelo. Pensé en poner aceite a los naipes, pero haría que se pegaran, no mejor tal cual, lo fui metiendo en cada bolso, luego lo metí en uno que entraban los tres y me lo colgué del hombro, no pesaba mucho, no me impediría el movimiento y en ese momento escuché el motor de un coche que avanzaba despacio, Tillia, quien si no podía ser. Se detuvo fuera del camino de tierra, bajó el cristal y me miró con arrugas en su frente. Tú siempre haciendo amigos, era broma eso de que no podías salir. Tienes libertad de entrar y salir. La miré cansado. ¿Qué quieres? Tengo un buen refugio, y mi dormitorio es tuyo, me gustaría que le vieras, además podrás ducharte que falta te hace, empiezas a oler a tigre. Por lo que veo debo combatir limpio. No, lo hago para que tengas un lugar donde descansar. Después del combate, sea cual sea el resultado, habrá una cena fraternal, el combate será pasado, te gustará ya que el ...
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