1. Madura para jovencitos


    Fecha: 28/11/2018, Categorías: Sexo con Maduras Sexo en Grupo Autor: correabuela, Fuente: xHamster

    Hola, me llamo Lalo, soy un chico joven, recién cumplí los 18 años, y vivo con mi mamá en París desde hace 4 años, tras mudamos cuando mi papá murió.Mi mamá encontró un trabajo aquí, pues ella tenía un grupo de gente conocida que vivía acá hace años.Yo poco a poco me he ido amoldando, conociendo a las amistades de mi mamá, pero soy muy tímido y me cuesta mucho.De entre las amistades hay una amiga de ella, más o menos de su edad, unos 45, que siempre me atrajo mucho. Es alta, morena, bien formada, a pesar de la edad su cuerpo es escultural, turgente, con muchas curvas, grandes pechos y prominentes caderas. Siempre le gusta ir con ropas ajustadas y falditas cortas que dejan a la vista unas piernas bien torneadas.Casualmente tiene una hija poco mayor que yo, que físicamente no tiene nada que ver con su madre, sino que parece como una versión mía en mujer.Los dos somos altos, rubios, ojos claros, piel muy blanca, delgados, en mi caso sin apenas bello en el cuerpo y supongo que en el suyo tampoco ;)Sus pechos apenas se notan y sus caderas se marcan muy suavemente. Los dos somos muy tímidos, así que no más que nuestras miradas se cruzan instantáneamente las desviamos.Ellas venían muy frecuentemente de visita, y la verdad que yo no podía dejar de fijarme en la amiga de mi mamá. Luego cuando por la noche me metía en la cama mi pene siempre estaba erecto con los recuerdos de su cuerpo y con su perfume todavía en mis pituitarias.No podía dormir hasta que no me masturbaba pensando en ...
    ... sus pechos, en sus caderas, en su culo hermoso, en su boca sobre mi pene. Siempre al llegar a imaginar esto un gran chorro de semen caliente inundaba mi mano.Un día como tantos otros ellas llamaron a la puerta, pero mi mamá no estaba. Así se lo dije, pero la amiga de mi mamá dijo que no importaba, que pasarían un rato para hacerme compañía. Yo dije que mi mamá había salido de viaje y que no regresaría hasta dos días después, pero insistió en pasar.Entraron al salón, la hija se sentó en el gran sofá que allí hay, y la mamá me dijo que hiciera lo mismo, que ella nos serviría un refrigerio,Como conocía la casa perfectamente, al rato apareció con unos ricos pastelitos que habían traído, y un licor dulce que había en la casa.Ya los tres en el sofá, con mi deseada madurita, a quien llamaré Lola, en el centro de los dos jóvenes, comenzamos a comer y beber. La verdad que el vino sabía rico, por lo que los vasos fueron rellenados varias veces, de forma que sobre todo en la hija de Lola y en mí fue haciendo mella. Los dos parece que empezamos a tener obnubilados nuestros sentidos.La charla era agradable, pues Lola era una mujer alegre y buena conversadora, y la velada estaba siendo muy divertida.Yo por supuesto no podía de dejar de mirar el escote de Lola, al principio con timidez, pero luego cada vez con más descaro. Eso a Lola no le pasó desapercibido.Al rato ella posó la mano izquierda sobre mi rodilla y la derecha sobre la de su hija. Un gran escalofrío me recorrió de arriba abajo, ...
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