1. Las damas de compañía no tienen memoria


    Fecha: 30/11/2018, Categorías: Grandes Relatos, Hetero Autor: Tonyzena67, Fuente: CuentoRelatos

    Mi amigo José, siempre fue de esos que la mayoría de mujeres identifica de picaflor. Siempre está en busca del vaivén de alguna falda o del perfume femenino pues creo que esto le provoca una fuerte alza de adrenalina, que lo mantiene alejado, al menos temporalmente de las presiones de su trabajo. Aquella tarde de un frio día de invierno, compartiendo un café en su oficina me comparte a la vez una revista de las mejores “escorts” de la zona. Le doy una hojeada a la revista y me detengo al ver el rostro de alguien que se me hace familiar. Mi amigo José no tiene el mejor de los salarios en la compañía, pero según me habla, le alcanza para mantener a su familia desahogadamente y por lo menos dos veces al mes, visita a alguna de estas chicas de la revista las cuales por lo que leí en ella, el promedio en una sesión de una hora, el costo es de $300.00. La chica cuyo rostro se me hace familiar y que me detengo a leer sus detalles agrega algo más de insinuación provocativa y por $500.00 dice hacer todo lo que la imaginación del cliente desee conllevar. Por alguna razón su rostro me llamó la atención y no podía identificar donde la había visto anteriormente y pasé a preguntarle a mi amigo José, si había estado con la rubia, de rostro angelical y escultural cuerpo de nombre Briana. José le da un vistazo a su foto y me contesta negativamente diciendo: <<No, nunca he estado con ella. Siempre que lo he intentado, su teléfono está ocupado y ella no regresa los mensajes>>. Sabía que había ...
    ... visto su rostro en algún lugar, pero la memoria no me daba para ponerla en un espacio y tiempo de mi regular rutina. Salí de la oficina de mi amigo con ese cuestionamiento y por aquellas horas me mantuvo ocupado hasta que el pensamiento de la rubia se disipó por las presiones de mi trabajo. Con los días o quizá un mes, veo este vehículo deportivo convertible de color rojo, el cual es muy parecido al que yo conduzco y se estaciona en la línea contraria donde yo estaciono el mío en el estacionamiento subterráneo de los condominios donde yo vivía en ese entonces. Veo a esta linda chica que camina al igual que yo en dirección al elevador que nos llevará a la elevación de nuestros respectivos condominios. Nos saludamos como se saludan dos desconocidos y al unísono agregamos: ¡Bonito auto! Nos presentamos informalmente y ella me da el nombre de Angélica y quien realmente es un verdadero ángel. Cabello rubio ondulado que cae sedosamente a un espectacular trasero, pues siendo invierno, Angélica viene con pantalones vaqueros bien ceñidos a su espectacular cuerpo, un suéter que también se pega como una caricia a su plano abdomen y que permite que sus suculentos pechos tomen una presencia espectacular y a los cuales estimé de una talla de por lo menos 36D. Realmente Angélica es de esas chicas que llaman la atención, de las que nunca pasan desapercibidas y ya sea que la mires de frente, desde atrás o de los lados, ella tiene una figura que te abre un apetito endemoniado para querértela ...
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