1. Una gran despedida de soltera


    Fecha: 01/12/2018, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Peli, Fuente: CuentoRelatos

    ... alumbraban a los chicos, cuando note que una mano se apoyaba en mi muslo, justo por debajo del vestido. Con la poca luz que había pude ver que era la mano de la amiga de mi hermana, esa tan simpática que ya les he nombrado antes. Ella estaba de espaldas a mí, y yo me apoyaba en sus hombros, en parte para ver mejor la actuación, y en parte porque las demás chicas que se apelotonaban a nuestro alrededor no me dejaba otra opción. El alcohol, y la confianza, hicieron que no le diera mayor importancia a esa osada mano; hasta que esta, hábilmente, se introdujo dentro de mis picaras braguitas. Me quede quieta, ya que no solo la gente no me dejaba apartarme, sino que he de reconocer que la puñetera sabía manejar extraordinariamente sus largos dedos. Cada uno de ellos tocaba, o se introducía, en el lugar adecuado para volverme medio loca a base de placer. Termine por morder la mullida hombrera de su vestido para que mis gemidos de gozo, mientras alcanzaba el primer orgasmo de la noche, no se oyeran por toda la sala. Ella, en vista de su inesperado éxito, acelero los movimientos de sus lujuriosos dedos; los cuales, aprovechando la humedad que ahora reinaba en mi gruta, profundizaban hasta rincones completamente desconocidos para mí. El segundo orgasmo fue tan violento que logro que se me doblaran las rodillas. Por suerte este coincidió con el final de una de las actuaciones, por lo que me pude marchar al fin, casi a la carrera, hacia el cuarto de baño; donde podía asear mi intimidad, ...
    ... y meditar acerca de locura que acababa de cometer. Después de refrescar mi cara, mi cuerpo, y mi intimidad, y de tranquilizar mi conciencia echándole la culpa de todo al exceso de alcohol, decidí volver a la mesa. Pues allí estaban sentadas todas las amigas de mi hermana, tomando unas copas mientras aprovechaban el descanso de los atractivos actores para cotillear acerca de sus amistades masculinas, y bromear haciendo las consabidas comparaciones de tamaño y forma entre unos y otros. La picarona que me había hecho gozar me recibió con los ojos brillantes, pero no hizo ningún comentario sobre lo que acababa de suceder entre ambas. Luego, al percatarme de la prolongada ausencia de mi hermana pregunte por su paradero y ellas, entre sonrisas cómplices, se negaron a revelarme su paradero. Fue mi nueva amante la que se ofreció a llevarme donde estaba mi hermana, siempre que prometiese guardar silencio sobre lo que probablemente iba a contemplar. Yo, más curiosa que preocupada, acepte rápidamente el trato, y deje que me llevara de la mano, como si fuera una niña pequeña, por un largo pasillo que conducía a la zona de los vestuarios. El forzudo vigilante que allí había hablo con ella como si fueran grandes amigos, y acepto que pasáramos en cuanto se enteró de que yo era la hermana de la chica que ya estaba dentro. Al final del pasaje solo había una vieja puerta, que la osada chica entreabrió con grandes precauciones, para dejar solo una rendija por la cual pudiéramos mirar las dos. Y ...
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