1. Compañeras de Universidad (2)


    Fecha: 03/12/2018, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... Varios fuimos a la barra a pedir bebida, para después juntarnos con otra gente que había estado en la cena y pasar todos allí lo que restaba de noche. La verdad es que soy bastante buen bailarín ( sin exagerar tampoco ) y en ese aspecto suelo tener bastante éxito a la hora de bailar con chicas. Poco a poco fui bailando con todas pero fue con Mar con la que más roce tuve, y es que, en algunos bailes, ella forzaba mucho la situación logrando que me calentara en más de uno. Fue en ese momento cuando yo note que ella tramaba algo pero, al encontrarme bastante borracho ( me bebí como mínimo 2-3 cubatas más en el pub ) tampoco estaba lúcido para negarme a ciertas cosas. Fue en ese momento cuando ella se dirigió a mí: -Ángel, acompáñame fuera que quiero ir a mear ( con perdón ) -Pero ve al servicio- respondí yo con cierta sorpresa. -Es que esta muy guarro y, además, hay mucha cola para entrar. La verdad es que no me dio tiempo ni a reaccionar. Ella me cogió de la mano y me sacó fuera sin tampoco avisar a nadie. No alejamos bastante de la zona de fiesta ya que andamos como unos 10 minutos hasta llegar a una especie de callejón sin salida. Yo le dije varias veces que parara entre los coches o en algún rincón a mear y que yo vigilaría que no viniese nadie. -Es que tienes miedo de estar conmigo, te incomodo- respondió Mar de manera pícara la última vez que le propuse la idea de parar. Finalmente llegamos hasta el dicho callejón. Había aparcados unos pocos coches, aunque ninguno sería ...
    ... de gente de la zona de pubs ya que estaba muy alejada de allí. A ambos lados de la acera, tan solo había dos portales de unas pequeñas fincas bastante antiguas, y que, daba la impresión, no viviría mucha gente. Fue en ese momento cuando sospeche que ella tramaba algo. No era normal el paseo que nos dimos por una meada, pero con el pedo que yo llevaba encima, no podía pensar con fluidez. De repente, ella soltó mi mano. -¡Por fin!- pensé yo. Sin embargo, lo que vino después me dejo a cuadros. Ella, delante de mí, se levantó un poco la falda y con las manos, se bajo y quito el tanga. Lo primero que pensé es que ella también iría muy borracha porque esto no era nada normal. Además, la situación me estaba excitando bastante. En esos momentos, ella se giró con una sonrisa muy provocativa en su rostro: -Toma, guárdalo- lanzándome el tanga que se había quitado y tenía en las manos. Era de color negro, muy finito y, sin pensarlo, como un acto reflejo, lo olí. Ciertamente, olía a ese aroma tan especial que nos gusta tanto a los hombres: a mujer. De repente, levante la vista, y vi en el rostro de ella una risa que reflejaba la lujuria del momento y, sin pensárselo dos veces, se levanto muy poco a poco la falda hasta dejarla en su cintura, ofreciéndome una imagen privilegiada de su sexo rasurado y con apenas una pequeña rayita en el centro. En ese momento, yo me giré rápidamente intentando disimular. -Voy a mear también- dije yo muy nervioso. La situación me resultaba muy incomoda puesto ...