1. Mi maravillosa ex-suegra


    Fecha: 05/12/2018, Categorías: Incesto Sexo con Maduras Autor: Kralik89, Fuente: CuentoRelatos

    ... buscarlo, me llegaban noticias de Andrea, pero también de Silvina que, sinceramente, me interesaba más. Tenía la sensación de haber dejado con ella algo inconcluso. Y también tenía la seguridad de que ese tema concluiría algún día. Sucedió que 8 años después de mi ruptura con Andrea, concurrí a un coktail en la Embajada de los EEUU en Bs As. Las recepciones oficiales ya me tenían medio podrido. Charla inútil, mucho trago, mujeres voluptuosas pero de sexo con olor a crisis internacional. Ese día estaba particularmente de mal humor cuando me retiré del lugar. Me sentía solo y sin sueño. Necesitaba distracción y por esa causa manejé mi BMW a una discoteca de moda con la esperanza de cachondear un poco. Para aumentar mi disgusto "Sounder" había cambiado desde mi última visita. El lugar estaba lleno de parejas de mediana edad y algunos grupos de mujeres maduras festejando vaya a saber qué cosas. Sin ganas de buscar en otro sitio, me acomodé junto a la barra al menos para saborear un whisky y escuchar algo de música. Y entonces la vi. Los años no parecían haber pasado para ella. Su rostro era el de una bella modelo madura. Vestía un ajustado vestido lo suficientemente corto como para mostrar la belleza de sus piernas, y especialmente escotado para apreciar su sugestivo canalillo. Remataba sus pies con unas sandalias doradas de tira fina y sus pies se me hicieron inmediatamente agua a la boca Rodeada de algunas amigas, con las que parecía compartir una despedida típica de fin de ...
    ... año o tal vez fuera una reunión de ex compañeras de escuela, no había apreciado aún mi presencia Tuve que refrenar mi intención de acercarme. Era mejor esperar que ella me descubriera para poder cuantificar mejor su predisposición hacia mí que quizás los años hubiesen modificado. Así que sin que se me moviera un solo músculo seguí saboreando mi whisky con la paciencia de un monje tibetano a la espera de que Silvina percibiera mi presencia. Quince minutos después sus ojos se clavaron en los míos y su cara se frunció adoptando esa típica expresión mezcla de sorpresa y de duda tan característica de las personas que no pueden dar crédito a la realidad que perciben. Al fin, ya convencida, esbozó una profunda sonrisa, que yo devolví, y levantándose de su sitio se acercó decididamente. Solo observar como avanzaba hacia mi posición hizo que mi polla reaccionara como sacudida por una descarga eléctrica: Deseaba cogérmela. Su sonrisa se agigantó al tenerme frente a frente y cuando me saludó con dos besos en las mejillas yo aproveché para tomarla de la cintura con ambas manos y percibir como la vibración de su cuerpo empezaba a desquiciarme. Ordené champagne al Barman y mientras la bebíamos conversamos de muchos temas. Primero me hizo contar la historia de mi vida, cosa que hice con un tremendo esfuerzo por no mirar sus piernas o acariciarlas. Luego me contó que había vuelto a casarse, pero no la noté muy contenta con el asunto. Cuando quise interrogarla más sobre el tema, lo eludió con ...