1. Mi relato gay


    Fecha: 05/12/2018, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... gimnasio con lo que de cuerpo estoy muy bien. Marcos estaba realmente bueno, se desnudó en un periquete con lo que pude ver una buena polla, no tan grande como la mía, pero más que suficiente. Empezamos a besarnos como locos, sabía que me lo iba a follar, con lo que estaba muy excitado. Marcos me empujó al sofá, y tras agacharse un ponerse de rodillas empezó a mamar mi polla. Lo hacía muy bien, sabía cómo excitarme...arriba...abajo...arriba...abajo...¡qué gusto!. Tras varios minutos mamándomela y cuando estaba a punto de correrme, se levantó y empezó a besarme metiéndome su lengua en mi boca. Se dio la vuelta y se sentó encima mío para que la metiera. Así lo hice. Entró como si nada en ese increíble culo, liso, sin pelos. Empezó a gemir como un loco, moviéndose perfectamente, y tragando una y otra vez mi excitadísima polla. Yo lo cogía por la cadera, disfrutando de aquel culo y de todo ese cuerpo que estaba encima mío. Mientras lo follaba iba poco a poco pajeándole para que después de follarlo, me follara a mí. Pocos minutos después no pude más y me corrí. Hacía tiempo que no me corría tanto con un tío, pero la follada era más de lo que esperaba. Se levantó y se puso de pie, con su polla tiesa a la altura de mi cara.Yo estaba en las nubes después de esta corrida, pero sabía que era mi turno. Me tragué prácticamente toda su polla. Era bastante gorda, y sobretodo estaba muy caliente. Me encantaba oírle gemir, y a mí me encantaba chupársela. No quería que se corriera, así que ...
    ... dejé de chupársela y me di la vuelta, poniéndome de rodillas encima del sofá. Quería que me follara. Marcos se chupó los dedos y empezó a introducírmelos por el culo. Yo empecé a gemir, estaba disfrutando.En esos momentos se puso encima mío y poco a poco fue metiendome su polla en mi culo. ¡Qué gusto!. La tenía tan caliente que noté cada movimiento de su polla, que rápidamente se instaló en mi culo. Sus movimientos se acoplaron a los míos, y al unísono nos besábamos y gemíamos de placer. Cada embestida suya era un gemido mutuo de placer. A los pocos minutos, Marcos ya no podía más y derramó toda su leche en mi culo. Estábamos exhaustos y nos tendimos juntos en el sofá. Fueron momentos de caricias, de besos, de tocarnos. Tanta caricia, cómo no, dio resultado, y a los pocos minutos estábamos los dos con las pollas tiesas. Nos sentamos en el sofá y empezamos a pajeanos mutuamente. Encontré muy excitante pajearle, sobre todo porque noté que le gustaba mucho. Fuimos despacio, con el fin de disfrutar más de la paja, y yo la verdad estaba cada vez más excitado, así que sin mediar palabra dejé de hacerle una paja y fui directo a chupársela. Marcos me imitó al momento y empezamos a hacernos un 69, sin prisas, pero sin pausa. Me encantaba tener su polla, tan caliente, dentro de mi boca. Pocos minutos después sabía que iba a correrme pues su lengua era demoledora y me hacia sentir cosas que nunca antes había sentido. Y así fue, pocos segundos después, mientras gemía de placer, me corrí en ...