1. DE EXCURSIÓN EN EL CAMPISMO POPULAR


    Fecha: 05/12/2018, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    Mi primera experiencia homosexual en un campismo popular Son las 6 de la mañana y mi mamá me zarandea fuertemente hasta lograr que me despierte. Cuando me dice la hora, termino de despertarme de golpe y me levanto como un loco, sin darme cuenta que ella está delante de mí, y que al igual que todos los días cuando amanece, estoy con la picha más que parada y el calzoncillo está que se quiere romper y me meto al baño para orinar, lavarme los dientes y la cara para vestirme e irme para el campismo con mis amigos, pero la primera de las tareas demora más de lo que yo desearía, porque con la erección el orine no sale, así que lo dejo para después y me echo abundante agua en la cara y el cuello, me lavo la boca y cuando termino ya estoy en condiciones de orinar, así que lo hago, salgo del baño y me pongo el pitusa que dejé la noche anterior en la cabecera de la cama, un pullover, unos tenis viejos sin medias y recojo o mejor dicho, casi que le arrebato a mi mamá un pan con tortilla que me acaba de preparar y con la mochila al hombro salgo disparado para llegar a tiempo al parque antes que salga la guagua que alquilamos días antes. Llego sofocado cuando ya el chofer había arrancado el vehículo pese a las protestas de mis amigos, así que subo en medio de la gritería de estos y partimos. Entre canciones, cuentos, conversaciones en voz más que alta, termino de comerme mi desayuno mientras relato el por qué de mi llegada tan tardía que casi produce que me quedara de disfrutar de una ...
    ... semana en el campismo de Cayo Coco. Es la primera vez en mis acabados de cumplir 15 años que logro salir de vacaciones con mis amigos y sin mis padres, lo que nos ocurre a casi todos los que vamos en el paseo, que como premio por ser el mejor grupo de la Secundaria Básica, obtuvimos por una gestión de la Dirección del colegio conjuntamente con el padre de uno de los alumnos, el cual trabajaba en el Poder Popular Provincial e hizo los contactos pertinentes para que el viaje pudiera darse. Cuando llegamos, nos dividieron en grupitos de a 4 alumnos y nos asignaron 7 cabañitas. Tres de ellas con las muchachitas y las otras 4 para los varones, que estábamos en mayoría (16 contra 13). En una de las cabañas situaron otra litera para acomodar a una muchachita que quedaba fuera de la cuenta de a 4. Apenas nos instalamos, nos desvestimos de corre-corre, nos pusimos las trusas y nos fuimos inmediatamente para el agua, que por cierto estaba deliciosa. Momentos después de entrar los varones, fueron llegando las chiquillas, que como siempre se demoran más en cambiarse de ropa, además que por lo general no se desvisten unas frente a las otras. Estuvimos nadando, apostando a quien lo hacía más rápido o llegaba más lejos, o estaba más tiempo aguantando la respiración debajo del agua. Apareció un balón y jugamos al boleibol, al “quemado”, en fin, de todo un poco hasta que a alguien se le ocurrió echar una “guerra a caballos”, es decir, uno debajo como el caballo y encima, sentada en los hombros ...
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