1. Niño en el camion


    Fecha: 08/12/2018, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    En relatos anteriores les conte como conoci a Christian, Diego y Samara en un parque de Toluca. Ahora toca que les cuente como me cogi a Ricardo y lo hice mio varios años. Cierto día, viajando en el camión del centro de Toluca a mi casa, iba leyendo un libro como siempre me gusta hacer. Entre mis cosas llevaba recortes de revistas porno e impresiones de fotografías de chavos desnudos, todos guapísimos. En cierta parada que hizo el camión vi subir a una señora con sus dos hijos: una niñita de unos 8 años de edad y un chavito de 15. La señora y la niña se sentaron en los asientos de en medio del camión, pero el chavito fue a sentarse justo al lado mio, en la ultima fila del autobús (de los 5 lugares, solo ocupábamos dos otra persona y yo, uno en el extremo derecho y yo en el asiento central) Al sentarse a mi izquierda, el chavito podía ver todo lo que yo leia, pero no asi el otro ocupante de la fila, por lo que aproveche para sacar los recortes porno que llevaba, meterlos dentro de mi libro para que no los viera el otro ocupante y hojearlos descaradamente frente al chavito. De inmediato surtio efecto mi truco: el chavito empezó a poner mas atención a mis imágenes, y yo disfrutaba pasando lentamente de una a otra. Tambien aproveché para comenzar a tocarme el bulto por encima del pantalón, y cual seria mi sorpresa al ver que él hacia lo mismo. El otro ocupante de la fila bajó al poco tiempo, con lo que el chavito y yo quedamos solos en la ultima fila el resto del trayecto (nadie ...
    ... mas de los pasajeros se sentó tan atrás en el tiempo restante) Comencé a tocarlo por encima del pantalón y él hizo lo mismo conmigo. Nuestras erecciones eran visibles a todas luces, pero solo nosotros podíamos verlas. Él se cuidaba a cada instante de que su madre y hermana no voltearan a verlo y se dieran cuenta de lo que hacíamos. Yo aproveche para preguntarle su nombre, telefono y dirección. Me dijo llamarse Ricardo, me dio su numero de celular y me dijo que ya casi bajaba pues vivía en el siguiente fraccionamiento (el penúltimo antes del Penal de Almoloya, lo que lo convertia en mi casi vecino, pues yo vivía en el siguiente fraccionamiento). También yo le di mi numero de celular. Antes de perder esa oportunidad dorada le pedi que me mostrara su miembro, a lo que accedió inemediatamente, sacándoselo por encima del pantalón, y cual fue mi sorpresa al ver una verga blanca, bien parada y grande, no muy gruesa pero si lo suficente para reventar un culito como el mio. Le pedi que me mensajeara por teléfono y que nos viéramos en cuanto pudiera y nos despedimos. Al poco rato recibi una llamada suya. Me dijo que si nos podíamos ver y accedi gustoso. Llego rapidísimo a mi casa, lo hice pasar, le dije que me gustaba mucho y lo besé, a lo que me correpondio con un apretón de nalgas. Lo hice subir a mi habitación, donde le baje el pantalón y el bóxer y comencé a chuparle esa deliciosa verga que ya me había gustado tanto en el camión. Por las prisas de irse y por el temor de acabarnos ...
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