1. MATEO


    Fecha: 08/12/2018, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    Mi nombre es Exequiel y esta es la historia de mi primer gran amor. Esto sucedió en mi ciudad natal Buenos Aires hace unos diez años, por aquel entonces yo tenía doce y todo un mundo de experiencias por delante. Transcurrían días agradables, pasado el invierno, y recuerdo que me disponía a pasar unas semanas en casa de mi mejor amigo Luca, un año menor que yo. Su hermano Mateo ya rondaba los 21 años y era la persona por la que me desvelaba todas las noches. Mi madre había viajado al sur por asuntos familiares, y no quería que me ausentara en la escuela, entonces acordó con los padres de Luca, que me quedaría en su casa el tiempo necesario hasta su regreso. Yo feliz de la vida, solo podía pensar en con quien pasaría mis días, puesto que Luca no me interesaba mas que como amigo. El problema era evidente, Mateo me ignoraba por completo, ni siquiera me dirigía la palabra. A pesar de que compartíamos el mismo cuarto, yo dormía junto a Luca en su cama y Mateo en la suya en el otro extremo, lo sentía tan distante y frío. Recuerdo que al principio se me hacía un chico raro al que no me quería ni cruzar, lo había visto en ocasiones anteriores cuando con Luca eramos más pequeños, se la pasaba leyendo en su cuarto, no le gustaban los deportes aunque iba al gimnasio con frecuencia, rara vez salía con sus amigos y Luca ya me había contado que según sus padres era un chico con problemas, tomaba pastillas para sentirse alegre, lo cual se me hacía gracioso porque nunca lo veía sonreír por ...
    ... nada. Pero con el tiempo fui notando cuan atractivo era, su rostro pálido y sonrosado en las mejillas, sus ojos increíblemente negros y serenos, su manera rara de ser, ordenado y limpio, nunca se desvestía delante nuestro ni dejaba al descubierto alguna parte de su cuerpo que me moría por contemplar; su torso, sus piernas, por no mencionar lo más intimo que anhelaba conocer. Era un chico muy bonito que pese a su edad aparentaba de mucho menos y yo moría por pasarme a su cama por las noches cuando por fin se dormía con el televisor prendido, que teníamos en el cuarto. Me conforme las primeras semanas con observarlo por las noches simulando dormir, y mientras tanto durante el día lograba sacarle alguna que otra información sobre Mateo, a mi amigo Luca. Una de esas tardes de primavera, hojeando a escondidas una revista pornográfica que habíamos encontrado entre las cosas de su padre y la cual nos habíamos traído al cuarto, con Mateo ausente; yo le comentaba a Luca sorprendido que no podían ser reales los penes de esos sujetos en las fotografías, eran enormes y peludos, no podían ser tan diferentes a los nuestros, y él, que miraba más a las mujeres que cualquier otra cosa, me dijo sonriendo que era real, lo había visto en una película y además su hermano lo tenía de esa manera. Entonces le pregunté cómo lo sabía, y él me contó que una vez cuando pensó que el baño se encontraba desocupado, entró apurado y vio a su hermano orinando, con el pene al descubierto obviamente, y aunque ...
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