1. Cartas a mi esposo


    Fecha: 19/12/2018, Categorías: Infidelidad No Consentido Autor: AMorboso, Fuente: CuentoRelatos

    ... inmensa cada vez que recibo noticias tuyas. Todos los días espero con ansia el correo. Me conecto por las mañanas, a medio día y antes de irme a dormir, siempre esperando ver un nuevo mensaje tuyo. He tardado un poco más en escribirte para probar lo que me indicabas y poder contártelo ahora, tal y como me dices. Quiero decirte antes de nada, que no me importa que te masturbes, sé que en los hombres es muy normal, por lo que me dice Sara, y quiero que, cuando lo hagas, me cuentes tú también cómo lo haces, lo que piensas y lo que sientes, tanto si es leyendo mis correos como a solas. Como me decías en tu correo, anoche me desnudé completamente, me di un relajante baño hasta que el agua se quedó casi fría, luego sequé mi cuerpo con la toalla que me decías en tu correo, esa que es tan suave y utilizamos cuando estamos juntos. Ya entonces me empezó a gustar. Secarme fue como una caricia continua sobre mi piel. Luego me di la crema hidratante, pensando que eras tú el que me la daba, como haces siempre. Puse crema en mi mano y empecé a extenderla por un brazo hasta el hombro. Masajeé todo despacio hasta que mi cuerpo absorbió la crema. Luego repetí con la otra mano, brazo, cuello y hombro. El siguiente paso, tal y como dijiste, fue echarme crema y repartirla en ambas manos para extenderla por mis pechos. ¿Te acuerdas de ellos? Son un poco grandes, algo más de lo que cabe en tu mano. Las areolas son grandes, y se mantienen firmes, pese al tiempo. ¿A que sí que te acuerdas? Me ...
    ... encantaba cuando me los estrujabas. Extendí bien la crema sobre ellos, rodeándolos por todos los lados, y sobre todo por abajo, pero sin tocar los pezones. Mi sexo se puso húmedo conforme iba avanzando. Hubiese llevado mi mano a él, pero tenía que seguir tus instrucciones. En cambio, me entretuve en frotar y estirar mis pezones, como haces tú. ¿Te acuerdas? Se me ponen grandes y duros, y es el momento que te gusta chuparlos y a mi sentir tu lengua rodeándolos. Me tuve que aguantar sin lengua y seguir después con el siguiente paso, recorriendo mi vientre y cintura, hasta llegar al pubis. No sé si entendí bien el límite, porque sigo llevándolo depilado, pero no llegué hasta la vulva. Me quedé dos dedos por encima, a pesar de que mi deseo de llegar a ella era cada vez más intenso, pero tenía que seguir tus instrucciones. No veía el final. Parecía que nunca se iba a absorber la maldita crema. Cuando por fin lo hizo, puse un pie en el borde de la bañera y repartí crema por mis nalgas, ano e ingles. No podía evitar sentir más placer cuando mis dedos pasaban a la altura de mi clítoris. No eran mis dedos, eran los tuyos dándome placer. No sabes lo que estaba disfrutando. Fui consciente de ello cuando observé que estaba gimiendo fuerte, sin darme cuenta. Antes de que toda la crema fuese absorbida, sentí la misma sensación que cuando tú me ayudas con tu dedo sobre mi clítoris para correrme, solo que esta vez no me lo había tocado todavía, y cuando insistí un poco más en la zona, tuve uno de ...
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