1. Crónicas, un mundo de dominación femenina


    Fecha: 23/12/2018, Categorías: Dominación No Consentido Autor: morbocuentos, Fuente: CuentoRelatos

    Cristina es dueña de una gran empresa, la cual es dirigida por mujeres, desde afuera todo parece normal, pero tras las paredes de esa gran empresa, las mujeres mandan y ella es la dueña de todo, en el mundo de Cristina los hombres son simples objetos, algunos son usados para trabajo pesado, otros más para labores de aseo, y otros tantos para diversión de las mujeres, pero todos sin excepción, le sirven a Cristina, para lo que ella quiera, todas las mañanas, llegan alrededor de 30 mujeres, por lo regular son mujeres jóvenes de bellos cuerpos y mirada altiva, llegan ataviadas en costosos trajes sastre que hacen lucir sus bellos cuerpos, todas usan medias y zapatos de tacón alto, después de las diez de la mañana lo que más se escucha en todos los pisos es el ruido de los tacones yendo y viniendo por todo el edificio y el aire se impregna de perfume femenino, como les decía, los hombres solo sirven para ciertas tareas, como diversión y trabajo, todos los hombres llegaron a ese lugar traídos por alguna de las empleadas de Cristina, otros deseosos de ser sometidos llegaron a ese lugar contratados por la misma Cristina, previa explicación de que iban a trabajar pero como sirvientes de ella, conforme van llegando los hombres se olvidan de su condición de ser hombres, algunos tienen la orden de vestirse como criaditas, otros deben de permanecer desnudos y en distintos lugares del edificio. Todas las mañanas una decena de hombres permanecen desnudos y con sus traseros expuestos en ...
    ... el piso donde Cristina tiene su oficina, estos hombres están así para recibirla, mientras que una de sus secretarias la espera afuera del elevador con una raqueta de ping pon en la mano, y en cuanto Cristina sale del elevador, después de saludar cordialmente a su secretaria, toma la raqueta y le pregunta si están listos, su secretaria solo responde que sí y Cristina sonriendo comienza a caminar hacia aquella fila de hombres sumisos y se detiene en el primero, ella mira sonriente aquel trasero depilado y sin decir más eleva el brazo y lo baja fuertemente impactando sobre los glúteos de aquel hombre, mientras fuertemente dice: - Buenos días, sumiso. El hombre sabe de antemano que tiene que responder de la misma forma, así que después de recuperarse de tremendo azote, le da los buenos días, Cristina complacida avanza hacia el siguiente y de la misma forma le da tremendo azote en las nalgas, y el sumiso responde igual que el anterior. - Buenos días ama Cristina. Cristina continua avanzando, a algunos les da solamente un solo azote a otros les da dos o más, pero todos responde de la misma manera, hasta que llega a su oficina entra y cierra la puerta tras de sí, en casi todos los demás pisos es lo mismo, hombres vestidos en trajes de sirvienta sirven el café, llevan desayunos y limpian el lugar, otros completamente desnudos están en las oficinas dando masajes a los pies de las empleadas o como abre puertas, todo transcurre en aparente calma, hasta como a las doce del día una mujer ...
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