1. De rodillas en el baño de la Universidad


    Fecha: 27/12/2018, Categorías: Bisexuales Autor: Mikav, Fuente: CuentoRelatos

    ... reservado. La puerta había quedado entornada y no veía de quien se trataba, solo un par de converse rojas moviéndose. “¿Y este quién es?” dijo reparando en mi presencia y avanzando a mí, todavía con los pantalones sin ponerse. Ante su presencia yo notaba como iba menguando. “Es Nacho, un amigo” contestó Leo pasándome su brazo musculado por los hombros. “Tenía una urgencia así que le hemos dejado pasar. Pero tranqui, Hugo, que nos ha dicho que no contará nada” Para reforzar lo que decía negué vehementemente con la cabeza. “¿Seguro? No me fio para nada. ¿Qué coño hacía aquí? Seguro que venía a espiarnos para chivarse” siguió Hugo. “No, para nada, yo solo me estaba meando y es el único baño abierto y…” quise continuar con la sarta de explicaciones, pero Hugo me cogió de un brazo y me callé al instante. “¿Qué vamos a hacer contigo para que estés callado?”. La situación no podía ser más rara. Un tío musculado, enorme y sin pantalones, agarrándome del brazo mientras sus dos amigos estaban uno a cada lado. Sin duda, la cosa pintaba negra. Entonces, como salida del cielo, una voz femenina se escuchó en el baño. “Venga, Hugo, deja en paz el chaval. Ya te has divertido hoy, ¿no?” El mastodonte se giró para ver de dónde venía y como me agarraba del brazo, giré yo también. Entonces vi quien era la que se había encargado del monstruo que Hugo tenía en la entrepierna y, sin lugar a dudas, me sorprendí. Era una chica de mi estatura, más o menos, con un par de buenas tetas, delgadita, y ...
    ... el pelo moreno cortó por los lados y más largo por arriba. Vestía una camiseta algo vieja y ancha y unos vaqueros cortos. Y por supuesto, esas Converse que ya había visto. Por lo visto, antes llevaba maquillaje, pero ahora lo tenía todo corrido por la cara, por lo que se dirigió al lavabo al lado del que yo estaba para arreglarse un poco. Era una grata comparación entre la nube de testosterona que se respiraba en el ambiente. “Eh, zorra, tú quédate fuera de esto” le espetó el gigante. “Y el chaval este…” dijo, echándote una mirada y sonriendo a continuación “he visto como me miraba cuando he salido de ahí dentro. He visto que no dejabas de mirarme la polla, ¿verdad?” Yo intenté negar lo evidente. A ver quién no iba a ver ese monstruo. “Cállate, claro que me la has visto. Y seguro que te ha dado envidia oyéndome como disfrutaba, ¿a que sí?” Iba a contestar que no, para nada, pero la chica se me adelantó, ya con el maquillaje más arreglado: “Joder Hugo, que lo dejes y vámonos”. El tío la empujó hacia atrás. “Cierra el pico. A ver, hagamos un trato. Si prometes que no le vas a contar nada a nadie y le das un besito a mi polla para cerrar el trato, dejo que te vayas, ¿vale?” Quedé blanco al oír eso. Nunca había estado con otro tío. A mí me gustaban las mujeres. Aunque claro, ver a ese monstruo balancearse, pues había despertado algo mi curiosidad. Antes de que pudiera hacer nada noté dos fuertes manos en mis hombros que me obligaron a arrodillarme ante Hugo, quedando su enorme ...
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