1. El señor Manuel (II)


    Fecha: 29/12/2018, Categorías: Sexo con Maduras Voyerismo Autor: dbeni72, Fuente: xHamster

    ... puso a hablar, ya que nuestro vecino dejó de hablar. Al incorporarme, nos volvió la espalda rápidamente, ya que se le empezaba a notar su pantalón abultado. Mi marido me hizo un gesto de aprobación, y me susurró al oído que estaba muy caliente, y me dio una caricia por toda la espalda hasta mis nalgas que me hizo estremecer. Estaba supernerviosa, pero también muy excitada.En la cocina empezó a sonar el reloj que avisaba que había que apagar la comida, y mi marido me dijo: "Tranquila, cariño, quédate aquí con Manuel, que yo tiro estos pocos plásticos y papeles, y apago el fuego." Y con un gesto y moviendo los labios sin hablar en voz alta, me hizo entender que no quería que me abrochase el escotado vestido.Según se fue a la cocina, el señor Manuel se dio la vuelta, y me hizo un gesto con los ojos para avisarme que tenía el vestido desabrochado, pero yo me hice la despistada, ya que mi marido no quería que me abrochara. Como no dije nada, me dijo bajito: "Hija, se te ha vuelto a desabrochar el vestido un poco".Y sin saber muy bien lo que decía por los nervios, le contesté muy bajito: "Perdone, es que me dan sofocos por la premenopausia, y a José (llamaremos a sí a mi marido, aunque no es su nombre real) le gusta verme así, pero si le m*****a, me tapo".- Tranquila, si es así, por mí no te preocupes. - Y se dio la vuelta con una gran excitación en el pantalón, para acabar de poner la tapa de la cisterna.Mi marido, que había estado observando desde la cocina, se acercó de nuevo ...
    ... al baño, y me dijo al oído. Luego le das dos besos y un abrazo delante de mí, y le das las gracias por el arreglo.A los dos minutos ya había acabado de arreglarlo, y nos pusimos a recoger entre todos lo poco que quedaba. Yo cogí la fregona, para recoger un la poca agua que había caído, y entre ellos dos recogieron las herramientas y trozos del arreglo.A Manuel se le escapaba la mirada al verme mover mi cuerpo, agacharme, fregar, o hablar con él. El escote era generoso. Pasó mi marido a mi lado, y me abrió en un rápido gesto un tercer botón, llegando el escote hasta dejar al aire el ombligo. Al cruzarme con Manuel, se le fueron los ojos a los trozos de mis pechos que asomaban, y a mi tripa un poco entrada en carnes, pero muy suavecita.José le dio las gracias dándole la mano y se puso por detrás de él, y me hizo un gesto para que le abrazara y le diera dos besos.Entonces yo me acerqué a Manuel, y sin darle tiempo, le di las gracias y un fuerte abrazo con dos besos, quedando uno de mis pechos fuera del vestido en el momento del abrazo. Pude sentir su bulto del pantalón, y él retrocedió rápidamente un pequeño paso. Al retirarse mi pecho entró solo dentro del escotado vestido, pero a él le dio tiempo a verlo entrar. Realmente estaba nervioso, porque tenía las orejas rojas y coloretes en la cara.Le dijimos que qué podíamos hacer por él por el arreglo. Y Manuel nos dijo que solo faltaba, con lo que le ayudábamos nosotros con su esposa, y con cualquier papeleo o problema de la casa.En ...