1. La mujer del disidente (04). El registro


    Fecha: 29/12/2018, Categorías: No Consentido Dominación Autor: Senatore33, Fuente: CuentoRelatos

    ... policías llegaron y algunos se pusieron a hablar entre ellos. Unos vestían uniforme, y otros, ropa de calle, seguramente los que acababan de llegar en sus vehículos. Al cabo de un rato, cuando en la sala había unos veinte hombres, entraron el capitán y el teniente, y el resto de hombres se dirigieron a sus asientos. Los que estaban sentados se pusieron en pie y todos guardaron silencio. El capitán subió a la tarima y se colocó tras el atril, frente al auditorio. El teniente también subió, pero se acercó a la mesa que los dos policías que acompañaban a Amalia habían desplazado lateralmente al entrar en la sala, y abrió uno de los cajones. Sacó un mando a distancia y tras apretar un botón un timbre sonó por toda la prisión. -Vamos a dar cinco minutos de cortesía -dijo el capitán desde el atril-. El teniente, mientras tanto, subió una silla a la tarima y se sentó a la mesa, con lo en la plataforma estaba Amalia al medio y con ella los dos oficiales, uno a cada lado. El capitán de pie en el atril y su segundo al mando sentado a la mesa. -Reclusos! -exclamó el capitán dirigiéndose a los dos hombres que limpiaban al fondo de la sala- Vamos a realizar un registro a una nueva interna ¿Queréis hacer un descanso? -Claro, señor -dijeron, dejando sus paños de limpiar en el carro y disponiéndose a abandonar la sala-. -No os vayáis -dijo el capitán-. Podéis quedaros aquí descansando. El teniente se levantó de su mesa y pidió a los dos presos que se acercaran, tras lo que les concedió un ...
    ... puesto privilegiado, sentándolos en dos sillas situadas en la primera fila de la sala. Durante los cinco minutos de espera más policías continuaron entrando en la sala y se fueron sentando en sillas que quedaban libres. Al igual que antes, unos llevaban ropa de calle y otros vestían con uniforme. Dos policías entraron en la sala con una cámara grande de video, como las que se utilizan en los estudios de televisión, y la montaron justo enfrente de la tarima. Uno de los policías se sentó mientras que el otro permaneció de pie junto a la cámara. Amalia pudo ver cómo se encendía la lucecita que indicaba que la cámara ya estaba grabando. Una sensación de sudor frío le comenzó a recorrer todo el cuerpo. Sentía que aún sentada en la silla las piernas le empezaban a temblar y le fallaban las fuerzas. -Bien -dijo el capitán cuando ya todos se habían acomodado y la sala permanecía en silencio-. Hemos esperado al cambio de turno para que todos vosotros podáis estar presentes y podáis conocer a nuestra nueva reclusa, Amalia Alonso. -Amalia, ponte en pie -Ordenó el teniente-. Amalia se levantó, sus piernas seguían temblando y su nerviosismo era patente a todos. -Súbete en la silla -le indicó el teniente-, que todos te vean bien. Amalia subió a la silla con cuidado de no caer y giró para mostrarse a todos los presentes. Había cogido frío y le estaba empezando a doler la barriga. Cruzó las manos sobre su estómago. -Amalia es la mujer de un traidor -continuó el capitán desde el atril-. Antonio ...
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