1. Le pego un polvo rápido a mi madre (II)


    Fecha: 30/12/2018, Categorías: Incesto Fantasías Eróticas Autor: Aldebaran, Fuente: CuentoRelatos

    ... todavía a esas horas, solo el vigilante, pero está lejos de nosotros. Antes de irnos de allí, le meto mano por el pantalón y deslizo su braga un poco y le acaricio el clítoris. -Hijo, aquí no, te he dicho. Cuando lleguemos a casa. No puedo más. Estoy a cien. Vuelvo a sobarle la teta, esta vez las dos, y sigo frotándome contra su culo. En ese momento suena la megafonía. -Por favor seguridad. Acuda a caja 3. Vuelve a sonar. -Por favor seguridad. Acuda a caja 3. La caja 3 está en la otra punta. Saco a mi madre de los congelados y la llevo a un mostrador, mientras el vigilante se aleja y nos deja solos en el súper. La inclino un poco hacia delante en el mostrador y le bajo el pantalón hasta las rodillas, bajo sus bragas y como aquella vez en la cocina, se le meto de un tirón. -Ugh, gime. Comienzo con el bombeo, mientras miro hacia las cajas. Espero que el vigilante no nos vea. Tampoco me preocupa que haya cámaras y que puedan vernos. -Ah, ah, gime mi madre. Hijo aún quedan muchas cosas que comprar, me dice ella en pleno polvo. Acelero más y más por si vuelve el vigilante y nos pilla. Al poco veo que se acerca por el rabillo del ojo. Doy unos empujones rápidos y me salgo de mi madre mientras me corro. Creo que algo de semen ha caído dentro de mi madre y unos goterones salpican el mostrador. Le subo las bragas corriendo, y ella se sube el pantalón. Yo hago lo mismo y justo en ese momento el vigilante llega a nuestra altura, pero no ha visto nada. Terminamos de comprar y pagamos y ...
    ... salimos de allí. Mi madre me dice que la espere, que tiene que entrar en el baño a limpiarse el chocho, ya que me he corrido en parte dentro de ella, como sospeché. La señora de la limpieza esta con el baño de hombres. Yo espero fuera y cuando se va, voy a entrar también al baño, pero mi madre me llama desde dentro del baño de mujeres. Entro y no hay nadie. He dejado la compra fuera, en el suelo. -Anda, se bueno, me dice, y acaba lo que empezaste. Me sienta en la taza y se sube encima mío y hecha el pestillo. -Podrían robarnos la compra, le digo. -No pasa nada, olvídate de la compra. Se baja los pantalones y las bragas y se la clava con pasión. Mi polla esta tiesa de nuevo. Después de haber eyaculado, duro más, por lo que lo hacemos de forma lenta y pausada, saboreando cada subida y bajada suya. -Mi niño, que bien me follas. Me dice. Tu padre nunca me lo hizo así. -Gracias mamá. Es un placer. -Claro, es mucho placer. ¡Ah, ah, ah! ¡Me corro, mi niño! -¡Mamá! podrían oírnos, la regaño. -No, no, nadie nos oye. Sigue, sigue. Ella sigue subiendo y bajando, yo sigo saboreando sus fluidos con mi polla. Sintiéndola como nunca y muerto de gusto. Ella se corre entonces. Cinco minutos más y me corro yo. Me agarro a las paredes del baño y eyaculo de nuevo, con menos intensidad por la corrida anterior, pero todo dentro de ella. Se sale de mí y me limpia el pene y ella se limpia el chocho. Se pone las bragas y el pantalón. Yo me visto también y ella sale primero para ver que no haya nadie. ...