1. Historia del chip (042): Terapia (Kim 017)


    Fecha: 04/01/2019, Categorías: Grandes Relatos, Dominación Autor: chopin, Fuente: CuentoRelatos

    ... verbalmente. —Sí, incluyendo a tus hijos. Salieron del bar casi arrastrándose, agotadas. Mariona la acompañó a su casa. Antes tuvieron que ir a la suya, dónde Kim se desnudó en el porche. Sacó el móvil y las pinzas del bolso y se lo entregó a Mariona, quien entró en la casa para dejar todo en el recibidor. Volvió a salir, abrió la caja y contempló como Kim se vestía con la ropa con la que había llegado. A pesar del cansancio, Kim se había desnudado de arriba a abajo, terminando por los tacones, el culo bien elevado. Ahora se vestía de abajo arriba. Como eran sus tacones habituales, elevó primero una pierna y luego la otra. Mariona había contemplado este gesto muchas veces en la consulta. Era muy bello. Mariona había debido cambiar de opinión y no dormirían juntas esa noche. Pero se abstuvo de hacer comentario alguno. La condujo a su casa y subió con Kim. Vio como se desnudaba nuevamente de arriba a abajo y guardaba el vestido y los tacones. Se puso la pinza inferior y esperó de pie con las manos a los lados y la barbilla bien alzada. Mariona entendió lo que quería. Acarició los pezones. Comprobó lo eróticos que eran. Estaban duros. Adorables. No se mantuvo mucho rato. Tendría todo el tiempo del mundo para disfrutar del cuerpo de Kim. Esperó a ver como se colocaba las pinzas en las pezones y se enroscaba en la cama. La arropó y se recostó junto a ella, queriendo sentir como se dormía. Cuando Mariona notó que Kim ya se había dormido, se fue a casa. Sus hijos también estaban dormidos. Le extrañó. Casi hubiera pensado que se habían quedado preocupados toda la noche. O es que confiaban ella. Prefirió creer lo último. Como tenía por costumbre, se centró en lo que había hecho bien antes de dormirse. Por la mañana, se preocuparía por los errores del día. Como todas las noches, se masturbó tocándose los muslos mientras se iba quedando dormida. Hacia ya mucho tiempo que se había despreocupado por unos orgasmos imposibles de alcanzar. Pensó en Lin y la suerte que tenía.
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