1. Historia del chip (042): Terapia (Kim 017)


    Fecha: 04/01/2019, Categorías: Grandes Relatos, Dominación Autor: chopin, Fuente: CuentoRelatos

    ... Mariona deseaba someterla a una serie de experimentos. Podía considerar que tenía dos amantes: el primero le sometía a su voluntad, su obsesión era el control físico de su cuerpo. El segundo o la segunda, mejor dicho, le mostraba el camino del control emocional con las sesiones improvisadas en la oficina. Ella le ofrecía la posibilidad de explorar en su mente. En cuestionar, analizar y proyectar nuevas fantasías. Nueva maneras de desnudarse, de ofrecer más placer, de ser mejor amante y mejor esclava. No habría sexo entre ellas o al menos no sería convencional. Y Kim debía comprometerse por períodos mensuales. Sólo Mariona tendría derecho a interrumpir las sesiones cuando quisiese. Esa pequeña asimetría, tal y como lo dijo, era por la exigencia que se le impondría. Habría momentos que podría sentir tentaciones de abandonar. Por eso, solo se le dejaría decidir una vez al mes. Eso no se interpondría en su futura amistad, de la que se sentía profundamente orgullosa. Le recalcó que habría sexo, sobre todo para ella, no para Kim, aunque ciertamente nada de orgasmos, debido al chip. *—*—* Ese día Kim vestía de gris azulado, falda a mitad de los muslos. Larga para su vestimenta típica, blusa algo traslúcida y ajustada, los pezones irritados casi desde el principio del día. Para colmo, Lin no los había acariciado en todo la jornada, aunque se adivinaban en la blusa sin buscarlos demasiado. Se había enfadado cuando había ido a tomar el café, pues no encontraron mesas libres y se ...
    ... sentaron en los taburetes de la barra. Kim no había recordado levantarse la falda y posar sus nalgas desnudas sobre la dura madera. Cuando reaccionó, al ver su mirada, corrigió al instante. No podía saber si estaba mirando alguien, aunque revisó a través del espejo infructuosamente. Con sus posaderas aposentadas y en contacto con el rígido material, pidió perdón. Lin miró a los pezones perfilados y Kim asintió. Nada de toqueteos en esa zona. Se maldijo a sí misma por su descuido. Con la falda más larga de lo habitual se podía observar como quedaba doblada al no ser lo suficientemente amplia. Lin no perdió sus habituales ganas de hablar, Kim supuso que no le había parecido importante. *__*__* Cuando llamó al timbre, le intrigó como viviría Mariona. Los encuentros serían en su casa, otro cambio en la relación entre ellas. Abrió espectacular, envuelta en un camisón corto y tan poco opaco como su propia blusa. Descubría y ocultaba. Nunca la había visto tan sensual. Agachó la vista, sin realmente saber si tenía derecho a contemplarla. Mariona le levantó la barbilla. —No seas recatada. Hoy te dejaré mirarme un rato. ¿Cómo es que no te has desnudado todavía?— le preguntó. Al ver la mirada de desconcierto de Kim, cayó en la cuenta. —Es verdad, no te había dicho nada. ¿Ves esa caja trasparente a la izquierda?— Kim se percató de qué se trataba... pero estaba por fuera. ¿Iba a dejar su ropa allí? —Se cierra si pulsas dos veces en esta pestaña. ¿Entiendes? Así queda bloqueada— le explicó. —Voy ...
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