1. Coche averiado e iniciación anal


    Fecha: 05/01/2019, Categorías: Anal Autor: CalmaSola, Fuente: CuentoRelatos

    ... sus observaciones y seguía con mis escenas imaginarias... Por fin cuando me atreví a mirarla a la cara, pude apreciar que no era gran cosa, pero nada despreciable al fin y al cabo..lo único más me llamó la atención fue su boca... ¡sí señor, aquello era una boca! No excesivamente grande, pero bien dibujada y carnosa, la boca ideal para hacer una mamada. No sé si ella notó en lo que estaba pensando, pero el hecho fue que cuando nuestros ojos se cruzaron, ella puso cara de sorpresa y su mirada pasó sin tapujos y sin vergüenza a mi entrepierna. Se hizo el silencio en el coche... y fue cuando pensé que ella pararía el vehículo y me obligaría a bajarme... pero no fue así. En su sensual y apetecible boca apareció una pícara sonrisa y siguió conduciendo, sin decir nada. Yo seguí allí sentado mientras notaba que el rubor subía a mi cara. Pero el hecho de que ella supiese que yo estaba empalmado hizo que me excitara aún más... Mi pantalón iba a reventar. Hicimos todo el camino callados, aunque de vez en cuando yo miraba de reojo la línea curva que formaban sus hermosos pechos y la piel que desaparecía debajo de su falda. Cuando el motel apareció delante de nosotros, noté que el coche reducía la velocidad deteniéndose en uno de los aparcamientos frente al edificio. Le di, las gracias por todo y le dije que si podía compensarle el favor de alguna manera... Juro que la pregunta no fue con mala intención, pero su respuesta me dejó atónito. - Bueno... es tarde, no tengo nada mejor que ...
    ... hacer... y no eres el único que está cachondo... -¿Qué quieres decir? –Le pregunté con voz sorprendida y a la vez excitada. -Sabes perfectamente a que me refiero –y diciendo eso me puso la mano en mi miembro abultado mirándome directamente a los ojos. Por momento pensé que me corría allí mismo. -¿Quieres alquilar una habitación? –Pregunté tragando saliva como pude y deseando que aquello no fuera una broma. Sin decir nada, ella apagó el motor y se bajó del vehículo. No tardé ni un segundo en seguirla. Cerró el coche y nos encaminamos hacia la puerta del motel. No merece la pena contar como era el motel ni los detalles del registro, ni nada de eso, sólo diré que mientras subíamos las escaleras para dirigirnos a la habitación, pude ver su trasero moviéndose delante de mí y mi único deseo en aquel momento, fue tenerla desnuda ante mí a cuatro patas. Por fin llegamos a la habitación. Yo había pensado en desnudarla poco a poco, pero no me dejó. Antes de que me diera cuenta ya se había sacado la camiseta y la falda... como ropa interior solo llevaba un ligerísimo tanga, tan mínimo que dejaba entrever su coñito prácticamente rasurado al completo. A pesar de la decepción de no haber podido rozar su piel mientras le quitaba la ropa, la visión de su cuerpo casi desnudo fue una explosión de placer para mis sentidos. Su piel era firme y parecía muy suave y sus formas eran extremadamente voluptuosas. Sentí deseos de tirarla sobre el suelo y follármela sin más preámbulos. Pero no iba a estropear ...
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