1. Coche averiado e iniciación anal


    Fecha: 05/01/2019, Categorías: Anal Autor: CalmaSola, Fuente: CuentoRelatos

    ... su culito alzado e indefenso ante mí. Decidí intentarlo... -¿Nunca te lo han hecho? –Pregunté inclinándome sobre ella para susurrarle la pregunta al oído. -No, eso debe de doler -Contestó tímidamente. -No te preocupes –le dije para calmarla, aunque yo también estaba un poco nervioso– No te dolerá, te iré abriendo poco a poco. Ella no dijo nada, así que me lo tomé como una aceptación a la propuesta. Restregué uno de mis dedos contra su coñito que estaba muy húmedo; se lo metí para que se empapara con su flujo. Lo deslicé hasta la entrada de su ano y empecé a intentar meterlo. Se resistía a entrar y tenía que hacerlo con mucho cuidado para no dañarla. Volví a mojar el dedo en su coño y al meterlo por su culito, entró aunque con cierta dificultad. Ella no profirió ningún sonido, pero noté que se estremecía. Comencé a meterlo y a sacarlo con suavidad hasta que sentí que se deslizaba con facilidad. Entonces mojé un segundo dedo e intenté meterle los dos al tiempo. Igual que con el primero, al principio costó pero poco a poco fue relajándose y abriéndose. Repetí la operación hasta que fueron tres los dedos que se deslizaban sin dificultad en su interior. Ella no se había quejado en ningún momento. Pensé que con eso, sería suficiente. Saque los dedos y me incliné sobre ella, para hablarle. -Creo que estás preparada –Le dije– no te he hecho daño ¿verdad? -No, no me has hecho daño -pero, por favor, hazlo despacio. Volví a incorporar el cuerpo y cogiendo mi polla con la mano comencé a ...
    ... restregarla contra su coñito, sobre todo la punta, para empalarla bien. Dirigí mi polla hacia la entrada, y la introduje un poco en su culito. -Empuja tú hacia atrás, si prefieres –le dije. Ella empezó a echar el cuerpo hacia atrás mientras yo veía como mi polla desaparecía poco a poco dentro de su culo. La cogí por las caderas y comencé a empujar yo también, pero sin querer empujé demasiado y mi verga entró por completo. Ella gritó y vi cómo se encorvaba su espalda. -Perdona, ¿Estás bien? –Le pregunté Ella no contestó, me pareció que intentaba calmarse. No me moví por miedo a hacerle más daño. Al cabo de un minuto ella dijo que continuase. Comencé a moverme lentamente dentro de ella. Al principio el dolor la hacía jadear, pero no me pedía que parase, pero al cabo de un rato, ella misma empezó a acoplarse a mis movimientos, con lo cual yo me animé y empecé a imprimir más fuerza y velocidad a mis movimientos. Ya no me costaba entrar y salir de ella, aunque es cierto que era más estrecho y rozaba que un coño. La sensación era muy excitante y estaba de nuevo a punto de correrme, pero en un momento de lucidez me pareció que no sería justo para con ella, el que yo me corriera, así sin más... ella ahora parecía disfrutar de la penetración anal, pero me pensé que no lo suficiente como para que tuviese un orgasmo. Saqué mi miembro de su culo y sin preámbulos se lo metí por el coño, con lo cual ella volvió a arquear la espalda, pero esta vez no fue de dolor, sino de sorpresa y placer. ...
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