1. TODO EMPEZO CON UN AGRADECIMIENTO


    Fecha: 07/01/2019, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... me mojé toda y si tocas mis piernas estoy toda chorreada. Era así, por lo que la abracé una vez más y comencé a besarla y acariciarla. - Lo que dije fue por nuestra salud, me hacés calentar mucho y no sé si estás en condiciones de seguir. Acordate que no somos unos adolescentes, estamos cerca de la mitad de siglo de vida. - ¿Tené miedo que me muera? - No, pero debemos ser prudentes. - - Yo también soy calentón y si vos te calentaste tan rápido, sigamos. Sé que mi salud responde. - Siguió otro festival de besos, caricias, hasta que de nuevo me montó y acabamos como si hubiera sido la primera vez. - Nos quedamos de nuevo en silencio, ella sobre mí, abrazados; seguramente nos venció el sueño. Cuando desperté, yo estaba a su izquierda; es decir que habíamos cambiado de lugar; yo la estaba abrazando y ella esta de espalda, por lo que mi pene quedaba entre sus nalgas. Comencé de nuevo a acariciarla y a tocar suavemente sus pezones. Se despertó, y sin darse vuelta, me pregunta: - ¿Seguimos? - Podemos probar – contesté. - ¿Has practicado sexo anal? - No. - Yo tampoco. Si nos calentamos, podemos desvirgarnos los dos. - Probemos. - Comenzamos en esa posición con caricias, besos, movimientos que indudablemente produjeron efectos erotizantes. - - Mi amor, estoy re caliente, metete, rompeme el culo. - No es fàcil, no tenemos un lubricante que nos ayude. - - ¿No tenés aceite? - Sí, de oliva. - Traelo. Así hice, y empapé su recto muy lentamente; hice lo propio con mi miembro y nos ...
    ... ubicamos de nuevo. - - Yo no me enfrié para nada, me dijo. - - Yo tampoco, le contesté. Y así continuamos con el precalentamiento. Sus gemidos, sus suspiros, me hacían saber que estaba cada vez más caliente, al igual que mi movimientos se hacían incontrolables. - - Vida, entrá. Rompeme el culo. - Tenés los músculos muy duros, aflojate. Se aflojó, cuando lo hizo empujé con fuerza y ella se cubrió la cara con la almohada, lanzó un alarido, mezcla de dolor un placer, mientras sentía que la cabeza de mi pene había ingresado en ese diminuto espacio. Quedamos quietos, mientras ella me hacía saber lo que sentía: - Estas adentro de mí. Me rompiste el culo. Qué hermoso que había sido!!, me quema tu cabeza, me arde todo, pero es incomparable lo que siento. Nunca imaginé que podía gozar tanto y durante varias veces en un solo día. Por la misma calentura, comenzamos a movernos hasta llegar a acabar juntos, inundando ese culo hermoso de blanca y caliente leche. - Quedamos dormidos, despertamos a media mañana, desayunamos y nos despedimos, prometiéndonos nuevos encuentros. - Así fue. Fuimos amantes durante casi diez años, no veíamos dos o tres veces por semana, y hasta gozamos en dos o tres oportunidades de mini vacaciones y cada encuentro era un canto, una oda de sentimientos y sexo sin límites. Luego los trabajos, las distancias, interrumpieron la relación. - De vez en cuando nos hablamos por teléfono, para saber de nuestros estados de salud. - Nunca hubiere pensado que sentirme obligado a ...