1. Encuentro en el autobús


    Fecha: 08/01/2019, Categorías: Gays Fetichismo Voyerismo Autor: 444i, Fuente: xHamster

    Todos los sábados, a la misma hora y en el mismo autobús que yo. Me gusta ir atrás de todo, casi nunca hay nadie y puedo acostarme a mi gusto. Siempre se sienta al otro extremo que yo, pero en la fila de delante. Llevamos tantas semanas cruzándonos allí. Nunca hemos intercambiado una palabra entre nosotros, pero creo que puede haber algo. Fui a la parada nada más salir del trabajo y después de detenerse el bus por segunda vez, se subió como siempre y se dirigió a su asiento. Se le veía diferente, caminaba perezoso. Al llegar al asiento, se acomodó rápidamente poniéndose los auriculares, y usando su mochila de cojín se acostó y cerró los ojos. Tenía una vista espectacular de él, se había apoyado en el cristal y podía admirar su cara frontalmente de forma perfecta. Pude apreciar por primera vez su rostro con detalle. Asomando debajo de la capucha de su sudadera. llevaba el pelo corto y oscuro. Con la cabeza ligeramente inclinada la luz marcaba las imperfecciones de su cara, en la que crecía desde hacía poco una oscura barba. No pude resistirme, quería verte más de cerca... Comencé a ponerme muy nervioso. Sin darme cuenta, me deslicé muy poco a poco por los asientos. Me sudaban las manos, se me nublaba la vista con colores brillante y sentía el ruido de la máquina más fuerte cada centímetro que le tenía más cerca. Frente a frente. Lo observé plácidamente durmiendo un tiempo, y me fui acercando prudentemente, intentando no arrebatarle el sueño. Olía fuertemente y genial, un ...
    ... profundo y sensual olor a vainilla ensuciado por la rutina del día a día. Le susurré: "Hola. ¿Hola?" Intenté hablar con él. Parecía no escucharme, y cada vez me acercaba más all para no tener que hablar alto:"¿Me oyes?" Cada vez más cerca. No había respuesta, pero empezó a brotar calor de su cuerpo y su respiración comenzó a agitarme. Quería insistir un poco más, y sin darme cuenta acerqué mis labios a su oreja y le susurré: "¿Estás despierto?" Sentí un fuerte salir de su cuerpo calambre y cómo alzaba ligeramente su rostro. Cerré los ojos y empecé a besarlo sin miedo. Bajé por la mejillas y en cuento besé sus labios sentí la suavidad de una nube de algodón en mi boca. Estaba prácticamente dejando besarse de forma pasiva, pero sus sutiles movimientos de boca y lengua me ahogaban de sensualidad. Empezamos a frotarnos muy suavemente, como si quisiéramos encender fuego, empecé a tener mucho calor. Sus besos empezaron a saber salados y yo no podía aguantarme más. Dulcemente metí mis manos debajo de su ropa y empecé a besarle y morderle el cuello mientras masajeaba su robusta espalda y sentía nuestros penes frotándose uno contra el otro. Calambres, sofocos, sudores, el placer nos estaba anestesiando y sin darnos cuenta entramos en éxtasis mutuamente. Intuitivamente me quité de su regazo. Seguía con los ojos cerrados y aparentaba estar dormido, pero su rostro brillaba con el sudor, la mancha oscura y el gran bulto que sobresalía de su pantalón estaban allí evidenciando que todo aquello ...
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