1. En el subte y algo más


    Fecha: 04/09/2017, Categorías: Gays Autor: Alfredo Davila, Fuente: CuentoRelatos

    ... Entro primero él y yo lo seguí. Cerró la puerta, me apoyo contra la misma y comenzó a besarme como nunca nadie lo había hecho. La intensidad de sus besos y caricias eran tales que solo me daba tiempo a responder tímidamente ante las mismas. Quitó el cobertor de la cama, mientras yo me sentía como subyugado y paralizado. Entonces se acercó una vez más a mí y en forma muy lenta comenzó a desvestirme, hasta dejarme totalmente desnudo, con una descomunal erección que me parecía que me haría estallar. Hasta ese momento el solo se había quitado la chaqueta. Ahora te toca a vos desvestirme, me dijo. Lo fui haciendo lo más lentamente que mi ansiedad me permitía, hasta dejarlo a él también completamente desnudo. En ese momento me llamó mucho la atención que su pene estuviera totalmente fláccido aunque bello por su tamaño y proporciones. Suavemente se dirigió a la cama donde se recostó boca arriba y tiernamente pidió que yo lo hiciera a su lado. Nos besamos y abrazamos un buen rato. Mi temor era cortar ese encanto eyaculando antes de lo debido, por lo que cuando no daba más yo también me retiraba. Fue entonces que me pidió que le chupara su pene. Besándole todo el cuerpo me fui, con los ojos cerrados, acercando al mismo, bese sus tetillas, su ombligo, el vello de su pubis hasta introducirme ese enorme pene en mi boca. Seguía blando. Entonces abriendo mis ojos lo miré como si quiera preguntarle ¿Por qué? Adivinando mi pensamiento me dijo... seguí que vamos muy bien. No puedo saber ...
    ... cuánto tiempo estuve mamando ese pene tan blando, tierno y carnoso pero disfrutando plenamente esa sensación no habitual. Fue entonces que me dijo, dejalo en tu boca pero quedate quieto. Así lo hice y fue entonces que recibí una inesperada sorpresa. Como si de una bomba se tratara en intensos latidos iba creciendo ese pene y ocupando toda mi boca. Recién cuando la erección se completó comenzó un entre y sale que hizo que no me pudiera contener más y sin siquiera tocarme eyacular como nunca lo había hecho en mi vida. Pedro me dejó acabar mientras me acariciaba el cuello y recién entonces retiró su pene de mi boca, me dio vuelta, puso las almohadas debajo de mi panza, abrió mis nalgas y me comenzó a besar mi ano introduciendo su lengua. En ese momento tuve una nueva erección que me llevó a pedirle por favor que me penetrara. En esto no se hizo rogar y ya dilatado me penetró con tal suavidad que a pesar del tamaño no tuve dolor alguno. Al hacerlo se quedó un rato largo con su pene dentro mio sin moverse para después comenzar a hacerlo lentamente al principio y con intensidad después. Al rato lo sentí gemir y fue entonces que sentí como dejaba dentro mío enormes cantidades de su leche, lo que hizo que en ese mismo momento eyaculara por segunda vez. Esto ocurrió hace ya varios años. Fue algo indescriptible y no he visto relatado con frecuencia semejante control de la sexualidad. No volví a ver a Pedro, pues poco tiempo después me dijo que estaba con una pareja estable. Quedo como algo ...