1. Historias de oficina (23) Un placer coincidir en esta vida


    Fecha: 09/01/2019, Categorías: Hetero Erotismo y Amor Autor: Danuss, Fuente: CuentoRelatos

    ... —pregunte extrañada. —No hace falta. Sara no puede moverse, esta cuadripléjica. Mi mente quedo en blanco durante unos segundos ¿había sido culpa mía? mi mente quedo un poco golpeada con eso, aunque no tardo en dejar de importarme. Ingresé a la habitación encontrándome con ella acostada en una cama llevaba un cuello ortopédico y algo que no entendí bien la sostenía. —Mariza Márquez —pronuncio suavemente— ¿Cómo está tu brazo? Di un rápido vistazo a mi brazo derecho, la venda cubría la herida por completo, levanté un poco el vendaje viendo el corto cubierto de alguna sustancia médica de color amarilla. —Mejor. Bastante mejor debería agregar —respondí tranquila. —¿a qué mierda viniste? Tenías ganas de celebrar la victoria ¿no? —Yo no soy así, no soy como vos. Vine para decirte que te perdono, deseo que te recuperes tanto física como mentalmente. —Me perdonas… —repitió suavemente— que hipócrita que suenas. Qué final de mierda tuvo esta historia ¿no? —Este es tu final no el mío. No me importa si me crees o no. Te deseo mucha suerte —dije dando media vuelta. —Sabes… recuerdo —comenzó diciendo— recuerdo bien cuando te escapaste. Tome esa amiguita tuya y la golpee hasta aburrirme. Luego se la di a mis hombres, realmente ignoro cuantas veces violaron a la putita esa, pero créeme que escucharla gritar mientras pedía por favor fue una experiencia muy placentera. Bueno supongo que necesitaban un entretenimiento. Me acerqué lentamente apretando los puños, su sonrisa seguí ahí provocándome. ...
    ... —En una ocasión dijiste que todo el mundo debe pagar las consecuencias de sus actos, me alegra saber que estés pagando las consecuencias por los tuyos. Recuerdo que un momento te dije que me dabas pena, me equivoque, antes solamente estabas loca, pero ahora también estas sola —fue en ese instante que su sonrisa se borró— ¿Dónde está Emilio? Supongo que estará bastante lejos ya ¿dónde están esos policías tan leales? —no respondía nada— Si yo fuera tu empezaría a ponerle nombres a las manchitas de los vidrios porque serán la única compañía que tendrás en mucho, mucho tiempo. Di media vuelta retirándome ahora si triunfante, sé que no es lo correcto burlarme del mal ajeno, pero en esa ocasión que bien lo sentí. Tras dos días en observación fui dada de alta y ya que no tenía nada más que hacer recorrí Sao Paulo. Quede profundamente enamorada de la ciudad sobre todo cuando visite la catedral metropolitana y el museo de arte. Al pasar una semana volví al hospital, Víctor me acompaño, aunque por la forma en la que actúo me di cuenta de que era por simple compromiso. Nuevamente llegamos a la primera habitación donde estaba Michael solamente que ahora no había nadie lo cual me pareció muy raro y por la cara que puso el soldado que me estaba escoltando. Momentos después llego una enfermera que fue rápidamente interrogada. —¿y el informe? —me pareció escuchar que susurraban —Algo no está bien —susurre a Víctor —¿Por qué lo dices? —pregunto el mirando al soldado. —Creo que están diciendo ...