1. Historias de oficina (23) Un placer coincidir en esta vida


    Fecha: 09/01/2019, Categorías: Hetero Erotismo y Amor Autor: Danuss, Fuente: CuentoRelatos

    ... posiblemente ya esté muerta. El golpe que dieron a Sara en Uruguay la asusto por creerse acorralada y en cierta forma es verdad. Su comportamiento psicótico la ha llenado de enemigos que desearían volarle la cabeza, la red está molesta. Seguramente ya encontraste el pedazo de papel también. Son las coordenadas de donde esta Mariza, el ultimo escondite que le queda a Sara, en mi defensa puedo decir que intente parar toda esta mierda, trate de salvar a tu estúpida novia, trate de que todo esto no llegue a este punto. El tiempo se termina, debes moverte rápido. Hazme un favor y mata a esa hija de puta. Te doy todo mi amor, hasta siempre> —Increíble —escapo de mis labios. —Tenemos todo, nos vamos —ordeno Michael. Toco nuevamente recorrer las rutas, esta vez volviendo a la base. Mi mente se llenó de pensamientos ¿Hannah estaba muerta? Me negaba a pensar que Sara hubiese podido eliminarla, sin duda debía estar entre lo mejor que tenía ¿se había animado a asesinarla? Una vez llegado a destino revisamos inmediatamente las coordenadas que nos habían dejado en el papel. Por fin una pista segura de donde estaba, solo teníamos que ir por ella, todo estaba a un solo paso de terminar. La computadora mostraba un punto en el gigantesco mapa de Brasil. —Ahí estas amor —dije hablándole a la pantalla. —Sara responderá por todo —comenzó diciendo Michael— ¿Qué hay en el futuro? —Una gran boda —respondí— me casare con mi bella Mariza, todo esto finalmente tendrá un final feliz. —Ya lo creo ¿Tienes ...
    ... pensada la fecha? —Ni idea —respondí sin sacar lo ojos de la pantalla— de todas maneras… primero tengo que sobrevivir a esta noche —agregue con humor —Indudablemente —contesto— en fin, ya es hora de ponernos en marcha Tomo el papel y lo guardo en su bolsillo, dio instrucciones a sus hombres a través del intercomunicador y con una seña me dejo pasar primero. —Ohh… Víctor espera, casi me olvido… —dijo de repente. —¿Qué pasa ahora? Me di vuelta ya con mala actitud, fue lo único a lo que tuve tiempo. Vi como uno de sus puños vino a toda velocidad hacia mí, la violencia del golpe fue tal que logro derribarme contra uno de los muros a mi alrededor desvaneciéndome en el momento. Poco a poco fui despertando, sentía un fuerte dolor tanto en mi mandíbula como en la zona de la nuca. Fue recién cuando traté de llevar las manos a mi cabeza que me di cuenta de una realidad, estaba esposado a la cama donde me encontraba. —¿Pero… que mierda? —grite. Dos hombres junto a mí se pusieron de pie al instante, asintiendo a forma de saludo. —Buenas noches Señor Vask —dijo uno de ellos. —¿Se encuentra bien? —agrego el otro. Confundido trate de sentarme sobre la cama, fue ahí que note la nota que había sobre mi pecho— Ponte hielo. Michael —decía en un trozo de papel arrugado y cortado así nomás. —¿Pero…? ¡Qué hijo de mil putas! Desátenme inmediatamente —vocifere con furia. —Lo lamento señor, pero no va a ser posible. —¿Cómo…? Imbécil ¡Estoy a cargo de esta operación! —Lo siento —dijo nuevamente— pero ...
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