1. La amorosa hija (Parte 9)


    Fecha: 10/01/2019, Categorías: Incesto Autor: Thomas, Fuente: CuentoRelatos

    ... estaba segura cumplir. Los honorarios resultaban altos, pero era imprescindible para ella. Pero luego pensó en el daño social y la inminente destrucción del matrimonio de Anne. Eran gentes de alta sociedad. Un investigador privado no garantizaba discreción, por más que lo aseguraban. Habría un extraño tercero involucrado y era muy peligroso. Al final lo platicó con Mark y lo acordaron: ella sería la investigadora, yéndose a pasar un par de semanas a México con papi y Anne. Estela comentó con su padre que tenía ganas de pasar un tiempo con él y su hermana. Tomás tuvo que fingir alegría por la decisión de su hija y no insinuar rechazo alguno. Ni su esposo ni sus hijos estarían para distraerla. Tomás regresó el domingo siguiente tras una tensa, incómoda y nostálgica semana. Estela llegaría a media semana según lo acordaron, quedando pendiente de precisar la fecha. ******************* Anne, Raúl y don Tomás llegaron a su casa. Tomás casi besaba el suelo. Estaba comenzando a obscurecer. “Amorcito, creo que me tendré que quedar un momento con papi para ayudarle a desempacar y arreglar la casa. Está todo empolvado. ¿Podrás regresar como en una hora?”, dijo Anne a Raúl. “Yo te llevo hija”, intervino Tomás. “Sirve que veo a mis nietos y les doy sus regalos”. Don Tomás entró a su habitación, mientras Anne despedía a su esposo. Vio por la ventana de su estudio que se despidieron y Anne se dirigió a la puerta. Tomás no podía ya contener su deseo. Cuando ella cerró la puerta, saltó a ...
    ... sus brazos y se besaron con irrestricta pasión. Tomás levantó a Anne en los brazos desesperado por revivir su extrañado ritual. Se dirigieron a la estancia, poniendo a su hija sobre al sofá y le pidió que se desnudara. Anne, como de costumbre, obedeció de inmediato, quedando solo con su diminuta y transparente ropa interior, que especialmente se puso en la mañana para la bienvenida de su amante, aunque no fuera jueves. Tomás se la quitó para dejarla completamente desnuda, mientras él seguía vestido. Tomás se deshacía por culearse a Anne. Ella sintió que el ímpetu de su amante era inusual, como un adolescente en brama. Lo serenó a besos, mientras acariciaba su pelo. “¡Mmmmh… Mmmm…! ¡tranquilo, amor, tranquilo…!” decía Anne ante los desesperados besos y caricias de su padre, mientras la abrazaba con incontenible ímpetu, metiéndole sus dedos por el culo y la vagina, oliéndolos y lamiéndolos, besando y lengüeteando sus erectos pezones. “¡Ooohhh… papi… papi… ohh!!... ¡Sé que te mueres por cogerme, pero vienes ardiendo, y has de traer una barbaridad de carga caliente para mi ¿verdad? ¿Eh?”, dijo Anne con esa característica y sensual entonación en su voz. Anne se arrodilló frente a su padre que continuaba de pie, aflojó su cinturón y bajó su bragueta, sacando con rapidez el erecto y obscuro pene, que desafiante, durísimo y babeante la esperaba con locas ansias. Anne tomó con ambas manos el tronco y comenzó a besar y mordisquear su gran cabeza. Tomás siguió parado, mientras ella ...
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