1. Hermanos de tierra caliente


    Fecha: 14/01/2019, Categorías: Primera Vez Sexo Duro Tabú Autor: Arandirelatos, Fuente: xHamster

    Paso del mono es un poblado aislado de la provincia Veracruzana. Bien podría considerarse de poco interés para el casual visitante turístico, sólo otra ranchería pintoresca del interior de la república. No obstante, los que han estado ahí por una temporada pueden dar fe de dos cosas que de seguro se llevarán en el recuerdo: El insoportable calor que hace transpirar al cuerpo prácticamente todo el día y, por otro lado, la belleza de sus hembras, todas ellas morenas, con cuerpos delineados en tales curvas que expresan con claridad su temperamento, tan fogoso como el clima de su tierra. Las nativas de Paso del mono llevan por naturaleza la sangre caliente.—¡Quítame los calzones! ¡Ya! —ordena la voz imperativa de una muchacha al macho que, desnudo, está sobre su espalda.—A ver si como roncas duermes chaparrita. Nomás no te vayas a hacer de la boca chiquita luego —le responde el varonil semental mientras le baja de un jalón la ropa que cubría sus dos hermosos senos, los cuales quedan bamboleantes y colgando al natural.Le rompe la parte baja del vestido hasta dejar al descubierto el bien formado culo de la chica que justo ese día ha cumplido la mayoría de edad. Y, al fin, cumpliéndole el deseo imperado por la chica, le retira la ropa interior de un tirón, dejándosela hecha girones, inservible para siempre; pero esto a ella no le importa.Las 9 pulgadas de venosa carne que aquél trae entre las piernas se hacen presentes ante las turgencias femeninas colocándose sobre la frontera ...
    ... que las separa. Dicha pieza de carne, al ser sentida por la jovenzuela, le abre aún más el ansioso apetito que su jugosa vagina exhibe expeliendo jugos propios de la auto lubricación.Mateo Capistrana no es cualquier clase de hombre. La desproporción entre la desarrollada extremidad masculina y el infante trasero femenino hace pensar que, para una chiquilla de 18 años, la amenazante incursión será excesiva.Enseguida, el rudo hombre no deja pasar la oportunidad de desfilarle la lengua por toda la raya, desde la raja de adelante hasta el apretado ano de atrás, que se cierra en un asterisco café que no deja sin humedecer.El rostro de la chiquilla se distorsiona por los febriles deseos de ser atravesada por carne masculina. Es evidente que ya no puede más.Ella quiere dejar de ser una niña.—¡Ya, métemelo y déjame de joder!—Pero si joder es justo lo que te voy a hacer.El cabrío semental choca varias veces su pubis contra el trasero femenino, lo que, además de producir chasquidos muy morbosos y sonoros, enardece aún más a la muchacha, quien ya sólo expele bramidos propios de una hembra en celo que necesita ser satisfecha.Con un movimiento casi marcial y preciso, el hombre utiliza ambas manos para apretar los dos lóbulos de carne que forman la bien formada cola de la muchacha. De esta manera, aquél, pretende que tales gajos formen una estrecha bienvenida al próximo invasor.Por fin los deseos de la aún chamaca son cumplidos. Mateo penetra a la joven.—¡Ayyyy... pero por ahí no! —grita la ...
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