1. (10) Reflexiones sin bragas


    Fecha: 14/01/2019, Categorías: Lesbianas Sexualidad, Autor: Mister Neron, Fuente: CuentoRelatos

    2 Fue llegar a la puerta, llamar con los nudillos y abrir una universitaria hermosa y despelotada. -Hola, vengo buscando a Ingrid Jiménez –aclaró Ana. -Sí, se está duchando. Pasa. -Gracias –entró hasta la zona de las camas. -Si quieres entra en el cuarto de baño. Entre coños nos entendemos –rió la universitaria con gracia. -Por eso me darás tus bragas y tu WhastApp antes de que me vaya –la guiñó Ana un ojito y dejando a la chica embelesada. -Joder, ahora caigo, tú eres Ana Etxeberría, la reina del porno amateur. Tus videos están en el top 10 de pornotube. Los jeques de Dubai se pelean por ti como una jauría de lobos. -Algo así. -¿Tú crees que serviría para hacer videos pornos? –posó como una ramera reclamando clientes en el polígono. -Si tienes coño puedes –la palmeó Ana en el culo para a continuación entrar en el cuarto de baño. En efecto, Ingrid acababa de ducharse y se secaba con una toalla. Al ver a Ana se quedó descolocada. -¿Ana? ¿Tú qué haces aquí? -Te lo dije. Te dije que te buscaría y eso se me da bastante bien. -¿No puedes dejarme tranquila? No te debo nada. -Pero yo a ti sí. Te jodí el trabajo de camarera y vengo a pedirte disculpas. -Vaya, eso sí que es bueno. ¿Y crees que eso me sirve de algo? Me despidieron y ya no hay nada que hacer. -Vengo en son de paz, Ingrid. Me sobrepasé, pero yo soy así. -Menuda excusa me sueltas. Lo que tienes es mucha cara. -Y también mucho coño –sonrió Ana de forma jocosa. -No estoy para esto. Tengo clase en una hora. -Dame una ...
    ... segunda oportunidad. Puedo ser la más puta pero también la amiga más fiel que puedas encontrar. -Yo no soy tu amiga. Tuvimos sexo sin sentimientos y ya está. Me lo pasé de puta madre pese a todo, pero no creo que haya una próxima vez. -Ingrid, yo arreglo los problemas en mi cama. Vienes, follamos, nos reconciliamos, y borrón y cuenta y nueva. -No es tan sencillo. No soy como las guarras que te follas cada hora. Yo tengo dignidad y personalidad. Será mejor que te vayas. ¿Dónde cojones están…? -Toma –le pasó Ana sus bragas. -Gracias –las cogió Ingrid con desprecio y se las puso. -Tienes ahora un polvazo de diez. -¿Quién coño te crees que eres? No puedes ir por la vida destruyendo a la gente para triunfar tú. -¿Por qué no? -¿Cómo que por qué no? Porque no puedes. Hay algo que se llama decencia. -La decencia acaba bajo el ombligo. Siempre lo digo. -Pues por aquí no volverás a entrar –se agarró Ingrid la entrepierna. -Ingrid, yo lo consigo todo en mi vida. Y si me retan me gusta más. -Ana, vete a la mierda. ¿Lo has entendido? -Cuando te enfadas aumenta tu hermosura. -Que pares ya, joder. No conseguirás nada conmigo, ni siquiera un hola. Ahora largo. -¿Cuánto necesitas para la matrícula? -Ni me lo recuerdes. No creo que pueda matricularme. Necesito 1500 euros en tres días y no sé de dónde sacarlos. Me veo volviendo a mi pueblo como una puta fracasada. -Puta sí. Fracasada no. -¿Todavía sigues aquí? Que te largues, coño. -Tienes una piel tan suave y tersa. -¡No me toques, zorra! Yo también ...
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