1. La reeducación de Areana (13)


    Fecha: 18/01/2019, Categorías: Dominación Lesbianas Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos

    ... por el culo mientras la azotaban era sencillamente glorioso, a tal punto que comenzó a mojarse. Marta sacó del placard la caja donde guardaba los juguetes eróticos y entre las tres eligieron un vibrador color naranja, de 15 centímetros por 3, que la librera embadurnó con vaselina. Enseguida aplicó la sustancia en el orificio anal de Areana, que ya estaba boca abajo sobre las rodillas de Elsa, temblando de ansiedad y deseo. -Necesito un buen cinto, Marta. –dijo Silvia y la librera le alcanzó uno muy apropiado como instrumento para azotar, de cuero negro, grueso y de tres centímetros de ancho. Silvia lo tomó con una sonrisa perversa, lo dobló en dos empuñándolo por la parte de la hebilla y le pidió a Marta que penetrara a la sumisita con el vibrador. -Será un placer. –dijo la librera, puso el vibrador a la velocidad máxima y apoyó el extremo redondeado en la diminuta entradita. Areana suspiró al sentir ese contacto y entonces Elsa le metió una mano entre las nalgas hasta palparle la conchita. -¡Ay, ay, ay! ¡Es una catarata lo que le sale de ahí abajo! -Es una putita perfecta, porque no sólo le gusta coger sino también que le peguen, que la maltraten, que la humillen. –dijo Marta. -¿Es cierto eso, pendeja? –preguntó Silvia mientras deslizaba el cinto por las deliciosas e indefensas nalguitas de la niña. Areana sintió que las mejillas le ardían de vergüenza, pero tragó saliva y admitió: -Sí… Sí, señora Silvia, me… me excita eso… En ese momento Elsa metió su mano izquierda por ...
    ... debajo del pecho de la sumisita y se puso a juguetear con el pezón izquierdo, estirándolo y retorciéndolo con fuerza hasta hacer gemir de dolor y placer a Areana. Silvia y Marta se dieron cuenta de lo que Elsa estaba haciendo y aprobaron entusiasmadas la iniciativa: -¡Genial, Elsa, genial! ¡Seguí mientras Marta le hace el culito y yo le doy con el cinto! Areana estaba al borde de perder totalmente el control de su conciencia. Se sintió animal en celo de tanta excitación como estaba experimentando y se abandonó por completo a esas intensas sensaciones. Fue entonces cuando Marta, sin consideración alguna, hundió todo el vibrador en el culo anhelante de la putita al mismo tiempo que Silvia descargaba el primer azote y Elsa intensificaba el suplicio de los pezones. Areana corcoveaba sobre las rodillas de la pelirroja y de su boca brotaban gemidos cada vez más roncos a medida que el vibrador iba y venía dentro de su culito y Silvia la azotaba impiadosa, respirando fuerte y procurando no golpear dos veces en el mismo sitio, para que ambas nalgas se fueran coloreando en toda su superficie. Llevaba dados cincuenta cintarazos cuando vio que el hermoso traserito lucía ya muy rojo. Lo palpó y sintió que esa carne ardía bajo la palma de su mano izquierda. -Ya está bien de esto. –dictaminó mientras Elsa no dejaba de martirizar los pezones y Marta aceleraba el ritmo de la penetración anal hasta que Areana entró en las convulsiones previas al orgasmo y segundos después se corrió entre gritos y ...
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